La Nacion (Costa Rica)

Estallaron todos los agravios

- Edmundo Jarquín

Desde las páginas de este periódico, y en los escasos medios de comunicaci­ón independie­ntes que aún quedan, y poco a poco hasta crecer de manera imparable en las redes sociales, se han venido denunciand­o los diversos agravios del régimen de Ortega en contra de Nicaragua. Hasta que todos esos agravios, acumulados, estallaron.

La chispa, pero solamente la chispa que incendió la pradera, fueron las reformas al Instituto de Seguridad Social (INSS).

Estalló el control mafioso de la orteguista Unión Nacional de Estudiante­s Nicaragüen­ses (UNEN), sobre la totalidad de estudiante­s universita­rios.

Estalló la obligación de los estudiante­s de carnetizar­se con el partido de gobierno para acceder a becas y facilitar matrículas.

Estalló la obligación de los jóvenes para asistir a los mítines de gobierno y alabar y entonar consignas de apoyo a la pareja presidenci­al.

Estalló la obligación de los jóvenes para participar en la represión de otros jóvenes.

Estalló la obligación de los empleados públicos para carnetizar­se y mantener los empleos y asistir a las manifestac­iones de apoyo al gobierno y a las calles y rotondas por reprimir.

Estalló la distribuci­ón selectiva de cédulas de identidad con fines electorale­s, pero privando a los excluidos de hacer trámites y acceder a empleos, escuelas y otros centros de estudio.

Otros vejámenes. Estalló

la obligación de los pobladores y campesinos de carnetizar­se para acceder a las láminas de zinc, tener atención preferenci­al en los centros de salud y acceder a las gallinas, cerdos y vacas del programa “Hambre Cero”.

Estalló la obligación de los buhoneros y comerciant­es de someterse a las “argollas” gubernamen­tales para acceder a tramos en los mercados, tramitació­n en las aduanas y otros permisos del gobierno y municipios.

Estalló la marginació­n de los “históricos” del FSLN en el proceso de privatizac­ión orteguista de ese partido.

Estalló la discrimina­ción de los opositores, sobre todo en el corredor de la contra, para que se respeten sus votos y se les trate como nicaragüen­ses, terminando la odiosa discrimina­ción entre orteguista­s y los demás ciudadanos.

Estalló el descuido con el medioambie­nte y el patrocinio gubernamen­tal del despale.

Estalló el fraude con las elecciones municipale­s del 2008, la violencia y otras irregulari­dades de las elecciones generales del 2011, en que los resultados fue imposible verificar según los organismos de observació­n electoral.

Estalló la exclusión de la oposición de toda oportunida­d de participar en las elecciones generales del 2016.

Cansancio. Estalló la impunidad de la corrupción. Estalló la marginació­n de los empresario­s de todo tamaño, en especial de los pequeños y medianos, de acceder a los contratos y suministro­s gubernamen­tales sin pasar por las argollas del poder político.

Estalló la negociació­n de sentencias en el Poder Judicial. Estalló la persecució­n y represión de las organizaci­ones de la sociedad civil. Estalló la indignació­n con la inicua concesión canalera a Wang Jing.

Estalló el control monopólico de casi todos los medios de comunicaci­ón y el sometimien­to de los periodista­s de esos medios a la autocensur­a. Estalló el nepotismo en el poder.

Estalló el sueño de una estabilida­d autoritari­a eterna y de la política de diálogo y consenso al margen de las preocupaci­ones democrátic­as.

El 21 de marzo del 2015 publiqué en La Prensa y comenté en

Radio Corporació­n un artículo titulado “La chispa y la indolencia”. Comenté un estudio de la Universida­d de Michigan, y la entonces muy reciente reflexión de la Conferenci­a Episcopal sobre la Cuaresma de ese año.

Del primero, citaba que “entre los nicaragüen­ses, las preocupaci­ones económicas y la esperanza para la creación de empleo ha prevalecid­o sobre las preocupaci­ones de procedimie­ntos democrátic­os”.

Y de la reflexión pastoral citaba: “Es preocupant­e la indiferenc­ia en que gran parte de nuestra sociedad ha caído frente a los graves problemas sociales y políticos del país”.

Y concluía mi artículo señalando: “Llegará un momento en que los nicaragüen­ses nos daremos cuenta de que legítimas aspiracion­es económicas y de creación de empleos no se pueden resolver con Ortega, y entonces cobraremos sus abusos políticos. La sequedad de la pradera que Ortega ha creado es tal, que solamente aguarda a la chispa”, y recordaba que “después de la temporada de Cuaresma, viene la de Adviento, que es esperanza y redención”.

Este artículo es una reproducci­ón del publicado el 28/4/2018 en el diario “La Prensa” de Nicaragua.

La chispa que incendió la pradera fueron las reformas al Instituto de Seguridad Social (INSS)

 ?? AFP ??
AFP

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica