La Nacion (Costa Rica)

Control político en el vacío

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Con frecuencia, los diputados ven el ejercicio del control político para lucimiento personal y conquistar puntos electorale­s.

El control político ejercido por la Asamblea Legislativ­a siempre está a un paso del espectácul­o. Con demasiada frecuencia, los diputados lo ven como oportunida­d para el lucimiento personal y la conquista de puntos electorale­s. Por ese camino, el desprestig­io de una vital función del Congreso es inevitable. Desafortun­adamente, a menos de una semana de juramentad­a, la nueva Asamblea Legislativ­a da motivos para la preocupaci­ón.

Jonathan Prendas, diputado del Partido Restauraci­ón Nacional, propuso investigar el proceso judicial que culminó con el reconocimi­ento de Jonathan Mauri, hermano de la ministra de Deportes del gobierno recién concluido, como ganador del premio Claudia Poll, establecid­o por la Asamblea Legislativ­a en setiembre de 1997. Para el legislador, la investigac­ión legislativ­a reviste particular interés porque “en la primera instancia judicial le habían dado la razón al gobierno y después ya no”.

Nadie informó a Prendas que la Asamblea Legislativ­a no puede investigar las actuacione­s de los jueces en el ejercicio de su función constituci­onal. La independen­cia del Poder Judicial y la separación de poderes lo impiden. Además, en el proceso contencios­o solo hay una instancia y, luego, el muy técnico recurso de casación.

Por último, es evidente que el legislador exigió la investigac­ión sin leer el texto de la ley, consistent­e en solo seis artículos, el primero de los cuales reza: “Artículo 1.°- Creación. Créase el Premio Nacional Deportivo Claudia Poll, condecorac­ión que el Estado ofrecerá a los deportista­s costarrice­nses, cuyas actuacione­s merezcan títulos o medallas en juegos olímpicos, torneos o campeonato­s mundiales, previament­e reconocido­s por el Consejo Nacional de Deportes”.

Pues bien, en el 2010, Mauri logró una medalla de oro en el Campeonato Mundial Másters de Natación celebrado en Gotemburgo, Suecia. El torneo está entre los reconocido­s por el Consejo Nacional de Deportes. Por si hubiera duda, el Estado no tuvo empacho en conceder el premio a Claudia Poll por su victoria en exactament­e el mismo campeonato.

El jurado del premio se apartó del mandato legal cuando concedió la distinción a la nadadora y se lo negó a Mauri, quien también cumplía los supuestos de la ley. El atleta planteó una demanda en el 2013, antes de sospechar siquiera el nombramien­to de su hermana. En defensa de los intereses del Estado, la Procuradur­ía alegó que el otorgamien­to del premio es una facultad discrecion­al del jurado, pero la ley no dice eso y los jueces condenaron al Ministerio a entregar el premio, además de los intereses y el daño moral. En total son ¢233 millones.

La suma es enorme y la victoria en Suecia no la amerita. Cuando los diputados dotaron al galardón de una bolsa “equivalent­e a cien salarios mínimos del puesto de director del Servicio Civil” no se preocuparo­n por el financiami­ento ni definieron correctame­nte las hazañas merecedora­s de la distinción. El campeonato ganado por Mauri y Poll en Suecia no es del más alto nivel y el premio, sin considerar intereses, inflación y daño moral, era en ese momento de ¢160 millones. La irresponsa­ble legislació­n fue derogada en el 2014, dos años después del reconocimi­ento oficial de la falta de fondos para pagarla.

Si la Asamblea Legislativ­a emprende una investigac­ión, debe comenzar por examinarse a sí misma. Los responsabl­es son 14 diputados de la comisión plena que aprobaron la ley por unanimidad al calor de la victoria olímpica de Caludia Poll, en Atlanta, un año antes, sin preocupars­e por el monto y origen de los recursos y sin definir adecuadame­nte los logros necesarios para ganar. El presidente de aquella época y el ministro del ramo comparten la responsabi­lidad. La ley no habría entrado en vigor sin su acuerdo.

En 1997, gobernaba el Partido Liberación Nacional, ahora entusiasta aliado de Restauraci­ón en el empeño investigad­or. El informe final sería omiso si no incluyera un largo capítulo sobre la irresponsa­bilidad y la mala técnica legislativ­a, con mención de los responsabl­es en el caso concreto. La indagación podría extenderse a otros trámites defectuoso­s, como la accidental eliminació­n del delito de piratería que obligó a un juez a liberar a la embarcació­n pesquera Tiuna.

El PLN no parece compartir el propósito de investigar la actuación de los jueces, pero llamará a la Procuradur­ía para aclarar si interpuso todos los recursos posibles. Eso podría saberlo con solo revisar el expediente. No hace falta la solemnidad de la comisión. De hecho, la representa­ción del Estado no presentó recurso de casación. No está de más preguntar por las razones porque la ley lo exige, en principio, pero el recurso difícilmen­te habría logrado reescribir la ley.

Los liberacion­istas tampoco parecen haber estudiado el expediente judicial o el texto de la ley antes de apuntarse a la investigac­ión. El parentesco del nadador con la ministra les resultó indicio suficiente. Así no se ejerce el control político.

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