Cutris: pueblo tentado y atemorizado por oreros
→ Vecinos albergan a los mineros por dinero; la mayoría viene de Nicaragua
CUTRIS DE SAN CARLOS. - Cutris es un distrito de San Carlos donde viven unas 14.000 personas y se caracteriza por abundante vegetación, sus caminos de lastre, la falta de lluvia y las pocas viviendas.
En los pastizales, una que otra vaca evidencia actividad ganadera a la que se dedican algunos, mientras la presencia de policías confirma la lucha que libran las autoridades por mantener a raya a los coligalleros, quienes buscan burlar los controles para ingresar en la finca privada Vivoyet, con el fin de extraer oro.
Aunque los últimos meses han estado marcados por la tensión, la falta de empleo ha motivado a más de un vecino a alojar y cobrar a los oreros.
Al menos así lo afirmó Greivin Rodríguez, administrador de Vivoyet, una propiedad privada de 805 hectáreas, donde la multinacional Industrias Infinito estuvo interesada en desarrollar un proyecto minero, la llamada mina de Crucitas.
Alfredo Arias Elizondo, de 67 años, es uno de los que reconoce haber recibido dinero a cambio de permitir el ingreso de los oreros en su terreno.
“Aquí ofrecieron proyectos para que viéramos que no solo de oro se podía vivir, pero estos no han llegado; estamos en las mismas condiciones y ocupamos algo para vivir diferente. (...). Ellos pagaban dependiendo de lo que se les cobrara para estar en una casa o local y con eso uno compraba el diario, se pagaba lo que se debía y hasta sobraba algo”, explicó Arias.
Michael Soto, ministro de Seguridad, aseguró que el 95% de coligalleros son de origen nicaragüense y el 5% ticos.
Rodríguez explicó que cuando un grupo de coligalleros deja Costa Rica para vender el oro en Nicaragua, otro se alista para entrar, por lo que el movimiento es constante.
Sin agua. Las consecuencias de los enfrentamientos de los días 20 y 21 de abril, los más recientes entre oreros y oficiales de diversos cuerpos del Ministerio de Seguridad, se sienten aún en la finca Vivoyet.
El administrador contó que carecen de agua potable, debido a que los extractores del metal dañaron la tubería.
“Los coligalleros nos sabotearon la tubería que está al otro lado del cerro. Actualmente hay menor presencia de oreros, pero antes de la visita –este jueves– de los ministros de Seguridad (Soto) y de Ambiente (Carlos Rodríguez) detectamos unos 50; nos están invadiendo de nuevo”, detalló.
Debido a los ataques, muchas familias se fueron pues hubo quema de propiedades y sus vidas estuvieron en riesgo.
Para Rodríguez, lo mejor sería que el Gobierno compre el terreno y de esa forma se garantice la seguridad en la zona.
Daño menor. El ministro de Ambiente y Energía, Carlos Rodríguez, aseguró que los daños ambientales actuales son mitigables a corto plazo.
“Si hubiéramos tenido la industria minera, esos impactos hubieran sido mucho más gran- des y sin garantía de que los hubiéramos mitigado; porque la historia nos ha mostrado que las mineras sacan el oro y después se van y nos dejan el problema, aun cuando hay compromisos legales al respecto”, dijo.
Detalló que, con el proyecto de Industrias Infinito, la mina planeada habría ocupado unas 50 hectáreas, en las que habría un hueco de unos 70 metros de profundidad.
“Sería el hueco más grande que ha existido en la historia de Costa Rica. Significaría grandes movimientos de material, uso intenso de químicos para extraer el mineral de la piedra madre, por lo que no hay duda de que los impactos serían más grandes”, precisó.
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