ONU quiere investigar violencia en Nicaragua
→Pretende recopilar información de primera mano y hablar con actores →Obispos piden parar la represión y permitir ingreso de una misión de CIDH
GINEBRA Y MANAGUA. AFP. - La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (OACNUDH) pidió ayer a las autoridades de Nicaragua que le permita el ingreso para investigar sobre las muertes y la violencia en las protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega.
“Nos preocupa que la situación en Nicaragua continúa siendo volátil. Según información recibida de fuentes confiables, hasta la fecha al menos 47 personas –la mayoría de ellos estudiantes, dos agentes de policía y un periodista– han muerto en conexión con las protestas que comenzaron a mediados de abril”, declaró una vocera de la OACNUDH, Ravina Shamdasani.
El clima de tensión se mantiene a tres semanas del estallido de las protestas, cuyo origen fue una reforma al sistema de pensiones impuesta por el Gobierno. La cifra de muertes ascendió el viernes a por lo menos 49, tras registrarse dos víctimas fatales en ataques a dos universidades en Managua.
Ante tal crispación, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emplazó al Gobierno a detener la represión y permitir la entrada de la Comisión Interamericana de Derechos (CIDH) para que investigue los hechos violentos.
Para los obispos, esta es una “premisa ineludible” para iniciar el diálogo ofrecido por las autoridades. Los prelados pidieron, asimismo, “suprimir los cuerpos paramilitares y fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos”.
La CEN dio plazo al Gobierno para que responda a estos planteamientos a más tardar el lunes 14 de mayo, a mediodía.
La semana pasada, el gobierno de Ortega rechazó un pedido de la CIDH para visitar el país y constatar la situación.
El movimiento de protestas antigubernamentales comenzó el 18 de abril como manifestaciones estudiantiles contra una reforma a la seguridad social, pero la cruenta represión y detención arbitraria de los participantes causó indignación popular y extendió la movilización a todo el país.
“El 7 de mayo solicitamos a las autoridades nicaragüenses nos otorguen acceso al país para que podamos, de acuerdo con el mandato de la Oficina para los Derechos Humanos de la ONU, recopilar, de primera mano, información acerca de los incidentes suscitados a raíz de las manifestaciones”, refirió Shamdasani. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aludió a la Comisión de la Verdad, creada por la Asamblea Nacional (Congreso), para investigar las muertes y las denuncias de abusos durante las protestas, pero puntualizó que “para que sus investigaciones sean creíbles, la Comisión debe ser independiente y poder realizar su trabajo de manera transparente e imparcial”.
El martes, una coalición de estudiantes que han encabezado las protestas, calificó a la Comisión de “ilegítima” y exigió la formación de una entidad “pluralista, justa y confiable”.
Clima de efervescencia. Ni la oferta de un diálogo ni el nombramiento de la Comisión de la Verdad han logrado apaciguar los ánimos. Al contrario, las dos muertes registradas ayer por ataques a dos universidades elevó la tensión, en momentos en que el país centroamericano completa tres semanas de protestas, bloqueos y paros.
Kevin Valle, 18 años, murió por un disparo en la madrugada, confirmó el subdirector de la Policía, Francisco Díaz.
En tanto, Ángel Parajón, padre de Jimmy, el otro estudiante fallecido, dijo, entre lágrimas, que su hijo “murió en la Upoli (Universidad Politécnica) con una bala en el corazón. Andaba apoyando a los jóvenes y me lo jodieron a mi chavalo”.
“¡Basta de represión violenta contra los estudiantes en Nicaragua! Nada violento es durable. La intimidación y la agresión no son el camino”, escribió en Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
Alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) levantaron barricadas para evitar el acceso de las fuerzas de la Policía al recinto, tras el ataque en la madrugada por grupos de civiles armados, que dejó cuatro heridos en ese centro de estudios, dijo Yaritza, una dirigente del movimiento estudiantil.
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