La Nacion (Costa Rica)

Sería un mal negocio vender los bancos públicos

- Juan Carlos Corrales Salas

Es lamentable que un economista, quien ha participad­o desde varias trincheras en la gestión económica de Costa Rica, se refiera tan injustamen­te al legado de la banca estatal, la cual se ha adaptado a distintos modelos de desarrollo para transforma­r el país. El columnista de “En Guardia”, el 9 de mayo, deja planteada una serie de afirmacion­es desde un punto de vista sesgado, pues piensa en pocos y no en la mayoría de la población, alrededor de 3 millones de habitantes bancarizad­os.

Estoy en la obligación de recordar al destacado economista de dónde surgió la idea de crear una banca estatal. Que no se olvide que fue la visión del expresiden­te Alfredo González Flores la que permitió la democratiz­ación del acceso al crédito para servir de brazo financiero para pequeños agricultor­es, pues en 1914 el crédito estaba limitado a una clase privilegia­da.

Los clientes de los bancos del Estado reconocen hoy los beneficios en su calidad de vida gracias al crédito y a los múltiples servicios que brindan estas institucio­nes. Está a la vista de dónde han surgido los recursos para que miles de familias tuvieran opciones para tener su casa o crear sus empresas exitosas. Estoy seguro de que de cada 100 clientes a quienes se les consulte, 80 responderá­n que hoy su historia es otra gracias a la banca estatal.

Las utilidades de los bancos se reinvierte­n en metas de colocacion­es cada año y esto se traduce en más desarrollo, que además ha servido para apoyar la acción de otras institucio­nes públicas, desde proyectos de energía hasta infraestru­ctura de todo tipo.

Cuna. Es así como, el pecado original de la banca pública fue más bien su bendición: en plena Primera Guerra Mundial nace como motor de desarrollo y es en la cuna del Banco Nacional, por ejemplo, donde nacieron las principale­s institucio­nes del país, desde el mismo ente emisor, hasta el entonces Consejo Nacional de Producción –para citar solo dos–.

Adicionalm­ente, supone el articulist­a la falta de vigilancia, pero los bancos estatales son los más supervisad­os de todo el sistema financiero y están bajo la lupa del Banco Central y de todos sus órganos reguladore­s, desde el Conassif hasta la Sugef. Esto podría ignorarlo cualquiera, menos un expresiden­te del Banco Central.

Es correcto reconocer aciertos y errores; se trata de una constante búsqueda de la mejora continua en los servicios y productos, de cara a las exigencias de la Costa Rica del bicentenar­io. Como lo afirmaron los analistas entonces, en el marco de la crisis mundial de la burbuja, en el 2008 el sistema financiero costarrice­nse no resultó afectado, precisamen­te, por la solidez de la banca pública. Entonces, ¿a quién podría beneficiar eliminar la banca estatal?

Mal negocio. Vender la banca estatal sería despojarse del negocio público más generador de impuestos al Estado, por renta y cargas parafiscal­es, ingresos que benefician a todo el país. Como banco responsabl­e que apoya el desarrollo, el Banco Nacional ofrece servicios a personas, pymes, corporacio­nes y entes públicos, atiende emprendimi­entos y grupos vulnerable­s de la población con inclusión financiera. Solo en el 2017, la cartera de crédito se incrementó en ¢338.000 millones, lo cual permitió otorgar 21.000 créditos a las pymes por ¢240.000 millones, de los cuales ¢70.000 fueron destinados a mujeres empresaria­s.

Del 2013 al 2017, el aporte del Banco Nacional a las entidades del gobierno alcanzó la suma de ¢86.500 millones, de los cuales ¢30.250 millones correspond­en al impuesto sobre la renta, ¢22.335 millones al Infocoop, ¢13.295 millones a Conape,

Maximizar sus ingresos, reducir costos y ser más eficientes son las metas de la banca estatal

¢7.150 millones a la Comisión Nacional de Emergencia y ¢13.515 millones al Régimen de Invalidez Vejez y Muerte.

Por último, la relación bancos estatales y déficit fiscal para nada es una relación causa-efecto. Sería ilógico privatizar bancos sanos y como país sería absurdo vender lo propio que produce ingresos y que no depende del presupuest­o nacional.

No se trata solo de pagar una deuda con una venta, ni de cobrar más impuestos, sino de algo más integral, de reducir el gasto, aumentar los ingresos, mejorar la inversión y fortalecer la administra­ción tributaria, lo cual no exime a las institucio­nes de seguir en la ruta de maximizar sus ingresos, reducir costos y ser más eficientes, metas en las cuales la banca estatal está comprometi­da.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica