Ola de críticas contra Israel por sangre derramada en Gaza
→Reino Unido, Alemania, Bélgica y Suiza quieren una investigación →Netanyahu acusa a Hamás de empujar a civiles hacia la línea de fuego
GAZA. AFP.- Israel recibió, este martes, una ola de condenas y llamados a una investigación independiente después del baño de sangre en la franja de Gaza el lunes, cuando murieron casi 60 palestinos por disparos israelíes.
El día después de la jornada más mortífera del conflicto israelí desde el 2014, Reino Unido, Alemania, Bélgica y Suiza apoyaron la idea de una investigación, propuesta por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, desde fines de marzo, cuando comenzó la movilización en Gaza.
Sin embargo, Israel vio a su gran aliado, Estados Unidos, reafirmarle su firme apoyo en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Israel actuó con “moderación” ante la provocación de Hamás, dijo la embajadora en la ONU, Nikki Haley, ante el Consejo de Seguridad, reunido de urgencia a pedido de Kuwait.
Israel vivió el lunes un día de celebraciones por la inauguración de la Embajada estadounidense en Jerusalén, y el 70.º aniversario de su creación, pero este martes afrontaba una lluvia de reclamos diplomáticos.
Reclamos. El presidente palestino, Mahmud Abás, llamó a consultas a Hossam Zomlot, representante en Estados Unidos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
En un pulso entre Turquía e Israel, ambos países suspendieron a los respectivos representantes diplomáticos.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió de que la cumbre islámica del viernes sobre los palestinos enviará “un mensaje fuerte al mundo”.
Desde el lunes, Sudáfrica llamó a consultas a su embajador en Israel. Irlanda convocó, en Dublín, al embajador israelí, y fue seguida por Bélgica, que llamó a la embajadora Simona Frankel, después de calificar de “terroristas” a todas las víctimas de Gaza, según Bruselas.
La Unión Europea (UE) y Londres hicieron llamados a la calma y, al igual que Pekín y Francia, criticaron, sobre todo, el uso de la fuerza desproporcionada por parte de Israel.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la ONG Amnistía Internacional, considerados enemigos por Israel, se refirieron a las acciones israelíes como “crímenes de guerra”.
En defensa propia. Benjamín Netanyahu justificó el uso de la fuerza para defender las fronteras israelíes, y acusó a Hamás, grupo islamista que dirige Gaza, de “empujar a civiles hacia la línea de fuego para que haya muertos”. “Nosotros hemos tratado de minimizar las bajas; ellos están tratando de causar bajas para presionar a Israel, lo cual es horrible”, agregó. “Estas cosas son evitables. Si Hamás no los hubiera empujado allí, no habría pasado nada”.
Unos 2.400 palestinos fueron heridos por disparos israelíes o por inhalar gas, según el ministerio de Salud palestino.
Jalil al-Hayya, uno de los responsables de Hamás, aseguró el lunes por la noche que el movimiento continuará.
Hamás apoya la movilización, al asegurar que es por iniciativa civil y es un movimiento pacífico. Sus miles de combatientes no sacaron de momento sus armas, aunque al-Hayya dio a entender que podrían cambiar de idea.
Las autoridades israelíes movilizaron a miles de soldados alrededor de Gaza y en Cisjordania, como previsión a nuevos disturbios. “Toda actividad terrorista tendrá una respuesta”.
La mayoría de los gazatíes se mantienen a distancia del alcance de las balas israelíes, pero grupos más violentos desafían a los soldados lanzándoles piedras y artefactos incendiarios.
La marcha del retorno debía culminar el lunes, pero la inauguración de la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén agravó la delicada situación.
Israel se apoderó de Jerusalén Este en 1967. Todo Jerusalén es su capital “eterna e indivisible”, afirma.
Los palestinos quieren a Jerusalén Este como capital del Estado al que aspiran. Para la comunidad internacional, Jerusalén Este sigue siendo un territorio ocupado.
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