‘Vapeo’ en el país enfrenta a usuarios y autoridades
Unos aseguran que ayuda a dejar de fumar; otros dudan
¿Funciona para dejar de fumar? ¿Es menos dañino que los cigarrillos convencionales? ¿Provoca adicción? Estas son solo algunas de las muchas preguntas que surgen sobre una práctica cada vez más popular en el país: el vapeo.
Este consiste en el uso de tubos o vaporizadores a los que se les introducen sustancias, que pueden ser florales o frutales, con nicotina o sin ella, para que el usuario inhale el humo que produce el calentamiento de esas sustancias. La primera generación de estos aparatos fueron los conocidos cigarrillos electrónicos.
Quienes lo practican defienden que no se trata de una moda, sino de una alternativa eficaz para abandonar el tabaco. Por el contrario, las autoridades de Salud desaconsejan esta práctica y sostienen que recaen sobre ella las mismas prohibiciones de la Ley de Control de los Efectos Nocivos del Tabaco, del 2012.
Hasta la fecha no hay suficiente evidencia científica para confirmar las bondades de las que hablan unos ni de los riesgos de los cuales advierten los otros. R RECUADRO
Lo único cierto es que ya es una actividad muy visible, tanto que proliferan las tiendas que expenden estos dispositivos, así como las sustancias para vaporizar; algunos cafés también promueven los encuentros para vapear.
Contaminante. Según la ministra de Salud, Giselle Amador, la actual legislación contempla una prohibición para fumar, incluso con vaporizadores, en ambientes públicos. De hecho, recordó que es prohibido utilizar estos dispositivos en fiestas o reuniones en restaurantes, bares y demás lugares regulados por la ley.
Además, dice la jerarca, en muchos casos no se tiene información de qué es lo que se vaporiza, principalmente cuando se trata de elaboraciones artesanales. Incluso, se desconoce cuánta nicotina contienen.
“Debemos iniciar un proceso de discusión para que estos productos indiquen la cantidad de nicotina y de productos contaminantes que poseen”, aclaró.
Eficacia. Humberto Echeverría, usuario y vendedor de artículos para esta práctica, asegura que sí funciona como método para dejar el tabaco.
Cuando comenzó a probarlos, cuenta, utilizó una mezcla con una dosis de nicotina similar a la que consumía con los cigarrillos. “A los dos meses ya no lo soportaba”, afirmó Echeverría, quien trabaja en la tienda Caribbean Vape, ubicada en Guadalupe de Goicoechea.
“La mayoría de personas llega con historias de 20 o 30 años de fumado. (...) Puede ser que la persona no fue capaz de dejar de fumar con otras herramientas como parches o chicles, y encuentra en esto la forma de sustituir el cigarro por algo menos dañino”, explicó.
Los tipos de vaporizadores que existen en el mercado varían según las necesidades de cada quien. Los precios van de ¢16.000 a ¢80.000. Al dispositivo, debe se sumarse el costo de los líquidos y otros accesorios, como baterías o resistencias.
“Para iniciar, se usa un sabor similar al tabaco y, dependiendo de cuánto fume, se le recomienda un porcentaje de nicotina. A los dos meses, uno empieza a sentir la molestia y se empieza a rebajar la nicotina”, explica Echeverría.
Rodolfo Segleau, propietario de la tienda Revolution Vapor, aseguró que cada vez más gente cambia los cigarros y deja de fumar gracias al vapeo.
Argumentos en contra. A pesar de esos testimonios, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) no recomienda su uso.
Teresita Arrieta, trabajadora social de la entidad, advierte de que también estos mecanismos provocan una dependencia psicológica o física que, a veces, puede causar que las personas adquieran otro mal hábito, sin dejar el cigarrillo tradicional.
“Este tipo de dispositivos no fueron inventados como una terapia para dejar de fumar, sino para fumar en espacios donde era prohibido hacerlo”, aseveró. “La mayoría tiene nicotina y, mientras tengan nicotina, la gente no va a dejar de fumar”, afirmó. “Hay que tener una actitud preventiva. Muchos dicen “yo ya no fumo”, pero dependen del vaporizador. Entonces, lo que hicieron fue trasladar la dependencia”, razonó.
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