Rodolfo Villalobos demanda a proveedor que dice haberle dado dinero
Concesionario de puestos de comida en partidos de la Selección denunció que le daba ‘donación’ de $2.000 por juego Presidente de Fedefútbol expresa que ‘jamás’ recibió efectivo, y ve ‘un ánimo de injuriarme, calumniarme y difamarme’
El presidente de la Fedefútbol, Rodolfo Villalobos, demandó por calumnias, injuria y difamación a Gerardo Chavarría, concesionario de todas las ventas de comida y bebidas en los juegos de la Sele desde hace varios años.
Según la querella, de la cual tiene copia La Nación, Chavarría asegura haber entregado personalmente a Villalobos “una donación” de $2.000 por cada partido en el que obtuvo el derecho de ventas.
El conflicto trasciende justo cuando la Federación decidió no contar con él para el fogueo contra Irlanda, este domingo 3 de junio.
Chavarría envió un correo electrónico al auditor interno de la Federación Costarricense de Fútbol, Randall Brizuela, titulado “Denuncia”, en el cual asegura haberse enterado “extraoficialmente” de que trabajarían con otro concesionario para dicho encuentro. Al mismo tiempo, pidió investigar sobre los dineros que, según él, ha dado al jerarca de la Fedefútbol.
“(…) Solicito oficialmente acepte mi denuncia de averiguar si desde el año 2011 hasta noviembre del 2017, Rodolfo Villalobos hizo depósitos por el monto de $2.000, cada vez que había partidos de la Selección de Costa Rica (…), a las cuentas de la Federación, por concepto de las donaciones que yo le daba (...) Él me decía que ese dinero iba destinado para la profesionalización y asesorías del arbitraje”, señala el correo electrónico de Chavarría a Brizuela, enviado el 12 de abril y aportado por Villalobos en la querella.
El propio Chavarría confirmó a La Nación haber enviado ese mensaje y otro –también presente en la querella– dirigido a la secretaria general de la Federación, Margarita Echeverría. En este último solicita que le confirmen por escrito si no cuentan con él para el partido contra Irlanda. “De ser así”, solicitaba una reunión con el Comité Ejecutivo para pedir un comprobante de todas las donaciones realizadas o, en su defecto, la devolución del dinero.
“Si no, yo acudiría a la prensa a hacer público ese engorroso problema”, dice el mensaje.
En su querella, presentada el 19 de abril, según el sello de recibido del Tribunal Penal de San José, Rodolfo Villalobos califica de “absolutamente falso” lo expresado por Chavarría.
Subraya que “jamás” ha recibido dinero alguno de él. Advierte, que dado su puesto y las consecuencias enfrentadas por la Fedefútbol ante los escándalos de corrupción de dirigentes FIFA, “especialmente el señor Eduardo Li”, él recibiría como actual jerarca “todos los daños y perjuicios” ante cualquier duda sobre su honorabilidad.
Chavarría aclaró a La Nación que no está acusando directamente a Villalobos, sino pidiendo investigar si el dinero ingresó a la Federación y si se destinó a la capacitación arbitral.
Reiteró que él no pagó esos montos como un soborno, sino como una colaboración, al estilo de otros aportes que hizo en comida para actividades benéficas de la Fedefútbol con niños.
Relación rota. Chavarría asegura que su relación comercial con la Fedefútbol se inició en el 2011, durante el periodo de Eduardo Li, con el cual firmó un contrato hasta el 2014. Iban a firmar un nuevo acuerdo, cuando ocurrió la detención de Li.
A partir de ese momento, se negoció partido a partido, y poco a poco la Federación le fue cobrando más dinero, al tiempo que, según dice, mantenía las “donaciones”.
“Usted conoce bien el tema con Rodolfo”, le dice al auditor de la Federación, Brizuela, en uno de los correos incluidos en la querella. “Todo este tema usted ya lo conoce y no ha querido llamarme”, expresa en la otra misiva a la secretaria general Margarita Echeverría.
Chavarría mantuvo su versión ante La Nación y aseguró haber expresado sus inquietudes a Brizuela, Echeverría y Villalobos, especialmente en noviembre del 2016, cuando una funcionaria de la Federación le comunicó, vía telefónica, que no le adjudicarían las ventas para el juego eliminatorio contra Estados Unidos. Afirma que en aquella ocasión, después de manifestar su disconformidad, la Fedefútbol lo mantuvo como concesionario.
Días atrás, la Federación explicó, ante consulta de La Nación, que para ese partido habían decidido recibir y analizar más ofertas (en vez de quedarse a priori con Chavarría, como solía ocurrir). Finalmente, optaron por mantenerlo por un monto mayor. “Antes de esa fecha, pagaba aproximadamente $10.000 por partido”, declaró Margarita Echeverría, encargada de aquella negociación. “Negociamos $15.346”.
El empresario señala que la concesión le fue otorgada a él pese a que, según se enteró, había otra oferta mejor. La Fedefútbol admite que al menos otro oferente mejoraba ese monto, pero “no cumplía con requisitos como la experiencia”.
Un año atrás. Chavarría reenvió a este medio correos, incluido uno fechado en mayo del 2017, supuestamente dirigido a Villalobos con copia a Brizuela, en el que se dice enterado de que otra vez, como ante Estados Unidos, lo quieren excluir (en esta ocasión del juego contra Panamá). Lamenta ver que se mantiene “la misma actitud”. Recuerda que tan solo unos meses atrás, a propósito del juego frente a Estados Unidos, “ya le había comunicado a Brizuela (…) que tendría que DENUNCIAR” sobre los $2.000.
El comerciante admite no tener pruebas, pero considera que la actitud de Villalobos respalda su versión: cuestiona que no lo haya confrontado hace más de un año, cuando mencionó las donaciones por diferentes medios y a distintos funcionarios de la Fedefútbol. Al respecto, el presidente de la Federación asegura que entonces solo escuchó rumores, pero que, de haber tenido por escrito la versión de Chavarría, lo habría demandado como lo hace ahora.
Consultado el concesionario por la forma de pago que él describe –en efectivo, en un sobre manila, no a una cuenta bancaria y sin comprobantes–, dijo no haberle visto nada malo en su momento. “Confiaba en él”.
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