Sancarleños incómodos con el estadio de Jicaral
▶ Los porteños responden que están concentrados en organizar el partido
No se trata de tener suerte, “comprar árbitros”, ganar en la Saprihora o asustar con la Cueva. Puede haber un poco de todo, pero lo más importante en el título del Saprissa es otra cosa.
Tiene que ver con el espíritu de un equipo que, aun cuando le ha tocado ser inferior, no abandona su pose. Para los rivales puede resultar odiosa esa actitud de gritar a los cuatro vientos la paternidad sobre los demás, pero sí tiene que ver con los resultados.
Una cosa es tener suerte y otra buscarla. No es lo mismo pagar favores arbitrales que forzar sus errores. No está bien ganar por esa vía o la de la suerte, pero en el fondo lo que prevalece es la actitud ganadora.
Eso explica que un Saprissa de grandes baches en el torneo, con una defensa supercuestionada y un técnico a punto de ser lapidado desde las gradas, haya terminado con el título bajo el brazo. No importa si fue merecido o no. Lo importante, al menos para su gente, es que nunca renunció a su convicción triunfalista.
Pueden estar en el fondo del precipicio y están fanfarroneando. “No se repartan nada mientras Saprissa esté vivo”. O enarbolan el “poder y orgullo”. Y aun perdiendo, extienden el pergamino de los triunfos para recordar a los demás quién es el papá. ¿Odiosos? Pues sí, pero con razón.
Guste o no, la grandeza de Saprissa tiene que ver con ese sentimiento de su gente de ser el más grande. Una especie de arrogancia propia de algunos equipos que despiertan pasiones y al mismo tiempo odios. Cuando no ganan arrebatan.
Eso explica que en 14 minutos el conjunto morado le diera vuelta a un 0-3 frente a la Liga, el resultado que dejó a los manudos sin final y dio alas al cuadro de Vladimir. Esa es la razón por la que una defensa cuestionada soportó, durante 60 minutos de tiempo normal y 30 del alargue, el embate herediano con un hombre de menos. Y lo llevó a los penales.
Desde el manchón blanco uno podría decir que la suerte mandaría. Pero no. A esa ruleta Saprissa llegó porque lo buscó, mientras que Heredia no encontró otro camino.
Saprissa es de los que buscan la victoria a como sea, porque se siente odiosamente más grande. Y eso genera vibraciones que motivan a su gente e intimidan a los demás, posiblemente hasta a los árbitros. Pasa aquí y en el mundo.
Al final de cuentas, con la vitrina llena de títulos, esos equipos se mofan de sus detractores, aun cuando aquellos tienen razón. Les resbala el “meme” donde las mejores contrataciones venideras son cuatro árbitros. ¿Sí y qué? San Carlos pegó el grito al cielo por las malas condiciones que, según dicen, presenta el estadio de la Asociación Cívica Jicaraleña, donde este sábado, a las 11:15 a. m., jugarán la final del ascenso ante Jicaral.
Los norteños enviaron una carta a los ministerios de Seguridad y de Salud, externando su preocupación.
“No comprendemos cómo ese inmueble (cancha de Jicaral) tiene un permiso de Salud vigente, dado que dentro de este hay gran cantidad de piedras sueltas, hay árboles, ramas y escombros, no cuenta con servicios sanitarios e incumple con la Ley 7600 que establece un área especial para personas que tengan alguna discapacidad”, alegan.
Adicionalmente a lo anterior, piden que se verifique que haya una póliza de responsabilidad civil vigente.
“Hemos visto, en visitas anteriores a ese inmueble, que los miembros de seguridad privada aportados por el equipo casa más parecen ciudadanos comunes que efectivos de seguridad privada debidamente certificados, como lo estipulan las leyes y reglamentos respectivos”, se lee en la carta firmada por Sergio Chaves, quien preside la Asociación Deportiva San Carlos.
Roy Barrantes, presidente del equipo de Jicaral Sercoba, dijo: “De momento, no vamos a Juan Diego Villarreal La sonrisa del pequeño Felipe Paniagua, cuando los sancarleños le dedicaban sus goles anotados en la Liga de Ascenso, quedará en el corazón de los futbolistas norteños.
El niño de ocho años falleció este lunes en su casa, rodeado de familiares. También, con obsequios de los norteños, que le cumplieron su sueño.
El carisma, la personalidad y la fuerza de voluntad del pequeño Felipe se constituyeron en la fuente de inspiración para los integrantes del primer equipo, quienes lo fueron a visitar en su hogar con la finalidad de que se sintiera mejor y disfrutara del fútbol. referirnos al tema por recomendación del abogado. Estamos concentrados en la organización del partido”.
Los sancarleños aseguran que “en esas instalaciones, los aficionados de Jicaral usan extintores con polvo químico, que es muy peligroso para la salud de las personas, y lanzan, a vista y paciencia de todo, rollos de papel que son proyectiles muy peligrosos en caso de impactar a alguno de los actores, pues eso puede causar mucho daño”.
German Méndez, encargado de prensa del club, contó días atrás que los familiares conversaron con la Administración del club para que el niño conociera el estadio y a los futbolistas, pues era seguidor del equipo.
Incluso, lo invitaron a estar en la cancha al lado de los juntabolas, en el juego ante los coronadeños (3-0), donde celebró con los jugadores el gol de tiro libre del argentino Ismael Chucky Gómez.
Para los duelos ante Jicaral, tanto por el cetro del Clausura, como la final nacional, Felipe no pudo asistir al estadio por su condición de salud, pues las fuerzas lo abandonaron y su estado se deterioró a causa del cáncer que padecía, hasta que
Otro punto del que se quejan es que no reúne condiciones para separar a las aficiones de ambos clubes.
Añaden que en los linderos externos del estadio, no hay estructuras sólidas que den certeza de que no habrá invasión de aficionados de la parte externa hacia adentro, y advierten de que eso podría pasar pues hay partes que se sostienen solo con un sarán. “Esto pone en gran riesgo a las personas que asistan al evento deportivo”, dicen. falleció este lunes.
Jason Vega, guardameta del cuadro sancarleño, comentó que conocía que Felipe, quien sufría un cáncer terminal, estaba muy afectado, por lo que todos oraron por su salud y para pedir fuerza para sus familiares.
“En resumen, consideramos que ese lugar no reúne las condiciones mínimas para albergar un partido de fútbol de tanta importancia y lo que estamos haciendo es prevenir de que sucedan cosas que podrían perjudicar el espectáculo y poner en riesgo la integridad de los equipos, cuerpo arbitral y los aficionados”, puntualizó Chaves.
Norteños y puntarenenses jugaron el sábado anterior el partido de ida, que dejó un empate a tres.
■ “Tenemos una motivación más para ser campeones. Queremos dedicarle el título a Felipe, que está en cielo, y también a nuestro compañero Román Arrieta, quien pasa por una situación muy complicada”, manifestó Vega.
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