Ambientalista Paul Watson concilia con pescadores porteños
→ Acuerdo fue firmado en el 2016, pero está pendiente arreglo extrajudicial
El ambientalista canadiense Paul Watson concilió desde finales del 2016 con pescadores puntarenenses, en un caso en el que fue acusado del delito de peligro de naufragio, por golpear un barco tico en el 2002.
Sin embargo, el arreglo extrajudicial está pendiente de ejecutarse, pues las partes pusieron como condición que el Tribunal Penal de San José dicte una prescripción de la acción penal y, consecuentemente, se emita un sobreseimiento a favor de Watson.
El acuerdo lo dieron a conocer este jueves los abogados Abraham Stern Feterman, defensor del ambientalista, y Luis Alberto Peraza Burgdorf, representante de los pescadores, durante una conferencia de prensa citada para anunciar que acusaron a 10 jueces por el delito de prevaricato.
La demanda la emprendieron pues insisten en que la acción penal está extinguida, pero alegan que los jueces siguen dictando resoluciones contrarias a derecho.
Stern afirmó que la prescripción rige desde el 13 de marzo del 2014; para Peraza está vigente desde el 24 de enero del 2016.
Los hechos. El hecho por el cual se abrió este proceso judicial ocurrió el 23 de abril del 2002, en aguas territoriales del Pacífico, en Guatemala, cuando el barco Ocean Warrior golpeó en tres ocasiones al pesquero costarricense Varadero 1, que llevaba seis tripulantes.
La acción, presuntamente, fue porque la embarcación tica realizaba aleteo de tiburones, una actividad ilegal y cruel.
El Ocean Warrior es propiedad del grupo ecologista Sea Shepherd Conservation Society, del cual Watson, de 67 años, es el fundador. El día del incidente, él comandaba la embarcación.
El 27 de abril del 2002, Franklin Martínez, dueño del Varadero 1, dijo al periódico Al Día que el pesquero sufrió daños en la cabina, en un costado y se le torció un eje. Dos tripulantes resultaron con lesiones y estuvieron incapacitados 15 días.
En tanto, Watson declaró, en esa ocasión a Al Día, que todo se debió a un choque accidental. “Regresábamos de la Isla del Coco cuando los encontramos. Navegábamos paralelos a la embarcación y, en eso, ellos cambiaron el rumbo. Por eso chocamos”, alegó.
Al regresar a tierra firme, los pescadores denunciaron a Watson ante la Fiscalía Adjunta de Puntarenas, la cual abrió un proceso por el delito de peligro de naufragio, el cual tiene una pena de seis a 15 años de prisión, según lo establece el artículo 256 del Código Penal.
Watson rindió declaración el 29 de abril del 2002 en la Fiscalía de Puntarenas. ■