Cautela ante el compromiso de Kim con la desnuclearización
→En negociaciones venideras se deberá fijar un calendario y ejecución del plan →EE. UU. no hará las maniobras militares con Corea del Sur previstas para 2018
SINGAPUR. AFP. - Donald Trump y Kim Jong-un celebraron ayer una cumbre histórica, que desembocó en un acuerdo en el que Corea del Norte prometió una “desnuclearización completa”, aunque deja muchas preguntas sin respuesta.
Después de décadas de tensión por las ambiciones atómicas de Corea del Norte, el presidente estadounidense aseguró que el “proceso” podrá comenzar “muy pronto”.
“El mundo ha evitado una potencial catástrofe nuclear”, escribió Trump en Twitter. “No más lanzamientos de cohetes, ensayos o investigación nucleares (...). Gracias al presidente Kim, nuestro día juntos fue histórico”, añadió.
La fórmula de la declaración conjunta es bastante vaga en cuanto a calendario y se remite a negociaciones ulteriores para su aplicación.
Esas negociaciones comenzarán a partir de la próxima semana y estarán dirigidas por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, figura clave en el diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte.
El documento tampoco precisa que la desnuclearización vaya a ser “verificable e irreversible”, como reclamaba Estados Unidos antes de la cumbre de Singapur, lo que podría interpretarse como un paso atrás de Trump.
“Kim Jong-un reiteró su compromiso firme e inquebrantable en favor de una desnuclearización completa de la península coreana”, señaló el documento.
Por ahora, promesa. “Corea del Norte no prometió nada más de lo que promete desde hace 25 años”, dijo Vipin Narang, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
“A estas alturas, no hay ninguna razón para pensar que la cumbre desemboque en algo más concreto en materia de desarme”, agregó.
“Es una enorme victoria para Kim Jong-un, que hizo una con ello.
“Para Estados Unidos y la comunidad internacional, es un punto de partida positivo para negociaciones que serán largas y difíciles”, consideró.
En la extendida y desordenada rueda de prensa posterior, Donald Trump afirmó, sin más precisiones, que la desnuclearización será sometida a verificaciones y que las sanciones contra Corea del Norte seguirán vigentes mientras persista la “amenaza” de armas atómicas.
Anunció que Corea del Norte destruirá una instalación de ensayos de motores de misiles y él hizo una importante concesión al revelar que pondrá fin a las maniobras militares conjuntas con Corea del Sur, previstas para el final del verano boreal.
Pionyang exigía, desde hace años, la suspensión de esos ejercicios, que ha calificado de “provocación” y que han sido fuente de tensiones recurrentes.
Trump aseguró haber creado “un vínculo especial” con el número uno norcoreano, quien dirige el país con mano de hierro, al igual que lo hicieron su padre y su abuelo.
Se declaró además dispuesto a invitar a Kim a la Casa Blanca y no descartó viajar a Pionyang, “llegado el momento”.
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