Costa Rica es muy raquítica en posesión de la pelota
Tener el balón no es garantía de triunfo, tampoco se traduce en ser ofensivo o generar más peligro, pero es una realidad que manejar la redonda abre un abanico táctico que, finalmente, incide en el resultado.
Este aspecto es uno de los grandes pecados capitales de Costa Rica previo al Mundial de Rusia 2018.
La Selección Nacional tuvo una posesión del 38% en la derrota 2 a 0 con Inglaterra.
Ese mismo indicador fue de un 33% en la goleada 4 a 1 contra Bélgica (35% promedio en ambos juegos), lo que dista del 43% de manejo que registró como media en Brasil 2014.
¿En qué se traducen estos números tan pobres?
Tener la pelota por tan poco tiempo incide en ofensiva y defensiva.
Desgaste. En defensa, se da un desgaste importante al correr detrás del oponente, la zaga carece de momentos de recuperación y debe cargar con todo el peso para contener los embates del adversario.
Lo anterior pesó en la red con seis goles en apenas dos presentaciones.
Una de las grandes razones de esta falencia es la poca recuperación que se da en la medular, con solo 10 en campo rival en los últimos dos fogueos (seis y cuatro).
“El medio campo siempre está en inferioridad, los extremos no colaboran y llegan tarde a armar el bloque, lo que deriva en que se recuperan muy pocos balones. Ante esto, el oponente encuentra muchos espacios para transitar y la defensa queda endeble, sumado a que cuando se tiene el balón, la transición es lenta y se pierde muy rápido”, dijo el técnico Marvin Solano.
En ataque, la reducida tenencia de la esférica provoca que no se den buenas combinaciones, se llegue con muy pocos futbolistas al área del adversario y casi no se genere peligro.
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