La fiesta en el Mundial es por completo de los latinos
MOSCÚ Y SAN PETERSBURGO. La Plaza Roja de Moscú se llenó de aficionados: en una esquina estaban los mexicanos, al lado contrario aparecen cinco banderas de Colombia, de frente vienen unos uruguayos y, en su mayoría, el lugar está lleno de peruanos.
Sin duda alguna, el Mundial lo viven, lo sienten y lo palpan como propio los seguidores de América Latina; ellos son los que se encargan de hacer el bullicio, de montar la fiesta y de poner el ambiente.
El día del partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudita, los rusos aparecieron identificados de a poco. Pese a que son el país sede, no celebran el fútbol con la pasión con que se vive al otro lado del Atlántico. Los aficionados rusos prefieren disfrutar de la fiesta con tranquilidad, por lo que se sientan en algún lugar a observar cómo enloquecen los extranjeros.
La guerra de cánticos se apoderó de los principales centros turísticos de la ciudad; por un lado, se escuchaba el tradicional “¡México!, ¡México!” y, al frente, alguien respondía: “¡Peeerú!, ¡Peeerú!”, y de forma similar en cada sector donde se topaban dos aficiones.
El ambiente en la capital de Rusia es muy diferente al que se percibe en las otras ciudades; por ejemplo, en San Petersburgo, ese tipo de fiesta todavía no es notoria.
Con respecto a los costarricenses, aún es difícil verlos entre la multitud, pero eso no quiere decir que no aparezcan seguidores de la Sele.
En el metro de Moscú, dos rusos enloquecieron al identificar, en el gafete de prensa, que nuestro compañero Damián Arroyo era tico y se le acercaron para preguntarle sobre Keylor Navas y Bryan Ruiz.
Nadrie podría rebatir que, el ambiente de algarabía lo llevan a Rusia los latinos que viajaron desde el otro lado del charco.
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