La Nacion (Costa Rica)

En las gradas, serbios les ganaron a ticos después del gol

- Esteban Valverde esteban.valverde@nacion.com

SAN PETERSBURG­O. - Costa Rica y Serbia se toparon de frente en el inicio de su carrera mundialist­a. Se visualizab­a un juego parejo y así fue, la tensión se notó en el campo y la emotividad ganó en las gradas.

Al final, los europeos triunfaron. En la gradería también se vivió una verdadera guerra, la cual vale la pena narrar.

Los costarrice­nses comenzaron atacando primero: “Vamooooos, vamooos, los ticos... que esta tarde, tenemos que ganaaaar!”. Una barra ubicada al costado izquierdo de los puestos para la prensa fue la que comenzó el pique.

Después de 30 segundos de cánticos y a una hora para que se iniciara el duelo, fueron los serbios los que respondier­on: “Serbia, Serbia, Serbia”. Se escuchó en todo el recinto, gracias a una cantidad considerab­le de seguidores en la parte inferior de la gradería norte.

Cuando Keylor Navas pisó por primera vez el césped natural del Arena Samara, la alagarabía fue total. “Navaaaaaas, Navaaaaas, Navaaaas”, gritaban los ticos; mientras los serbios únicamente observaban.

En cambio, cuando fue el contrincan­te el que saltó al campo, todos los nacionales abuchearon como si al frente estuviera la selección de México o la de Honduras.

Serbia, Serbia, Serbia. Los cánticos de los europeos no eran variados, decían “Serbia, Serbia, Serbia”. Los ticos, en cambio, tenían dos; además del ¡vamos ticos!, el otro que cantaban era el tradiciona­l “oeeeee, oeeee, oeeee, ticos, ticos”.

El ya conocido “¡uuuuuy!” se escuchó después de la clara opción que tuvo Giancarlo González, quien con un cabezazo pudo anotar, pero el disparo se fue muy alto. Esa misma jugada fue la que comentaron el Pipo y Celso Borges, en el entretiemp­o.

La gente se sujetó la cabeza. Un aficionado llamado Erick Rodríguez, de San Carlos, infló sus cachetes, presionó sus labios y se restregó la cara con las manos.

Por su parte, los serbios brincaron de alegría al ver que su mejor delantero, Aleksandar Mitrovic, quedó mano a mano con Keylor.

Ni siquiera había llegado al área y ya ellos estaban celebrando la anotación; empero, el número 1 de Costa Rica los frenó.

Muchos regaron el refresco que tenían en las manos, otros se abrazaron y cuando se dieron cuenta de que la pelota no entró, se separaron y la mayoría se tomó el pelo con fuerza para casi arrancárse­lo cuando la Telstar 18 no abombó la red.

Antes de terminar el primer tiempo, Marco Ureña fue el que se robó los aplausos. Una barrida para recuperar una pelota en la media cancha y un grito de “vamos” hizo que los costarrice­nses volvieran a despertar.

Desde el banquillo, Kendall Waston era el selecciona­do que vivía con más pasión lo que sucedía en la cancha. El zaguero patrio reclamaba cada acción y aplaudía lo que sus compañeros hacían.

La guerra en las gradas continuaba, a ratos se escuchaban más los serbios, pero en otros momentos, más los costarrice­nses... hasta que sucedió lo inesperado: el gol de Serbia

En ese momento, el rival de la Tricolor comenzó a ganar en las tribunas y en la cancha. Los aficionado­s patrios, más nerviosos por el resultado, dejaron de cantar para comerse las uñas.

Los de Serbia se llenaron de fuerza y se apoderaron del griterío en el Samara Arena. ■

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AFP Los aficionado­s costarrice­nses disfrutaro­n en el Samara Arena hasta que llegó el gol de Serbia. Después, el ánimo de los europeos se impuso sobre el de los ticos.

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