Liechtenstein, donde el salario mínimo es ¢2 millones al mes
Una dependiente que tenga un trabajo de tiempo completo en Liechtenstein gana por mes alrededor de 3.600 francos suizos (CHF), que es el salario mínimo en ese diminuto país europeo, y eso equivale a ¢2 millones.
En esa nación hay plantas de manufactura industrial, así como empresas del sector servicios y banca. Pese a su escasez de recursos naturales, está ampliamente industrializada y tiene una de las rentas per cápita más altas del mundo.
Para satisfacer la demanda laboral, cada día llegan personas de los países vecinos: Suiza, Austria y Alemania. Además, hay comunidades migrantes instaladas en ese lugar, compuestas, principalmente, por italianos, españoles, portugueses, turcos y ciudadanos de exrepúblicas yugoslavas. De hecho, se estima en 13.000 la cantidad de extranjeros que viven o entran allí a diario para cumplir jornadas laborales.
Sin embargo, eso no significa que alguien con esos ingresos pueda vivir con opulencia, ya que el costo de la vida es bastante elevado, según cuenta la tica Priscilla Leiva López, de 33 años, quien vive en ese diminuto principado .
“Esto suena a mucho dinero si lo pasa a colones, pero cuando se ve el costo de un alquiler, el pago de los impuestos y demás servicios, casi que apenas alcanza. No se puede comparar Costa Rica con Liechtenstein, porque son realidades muy diferentes”.
“Siento que Costa Rica se ha encarecido mucho año con año; aquí, por ejemplo, con 100 francos, que son más o menos ¢52.000, puedo comprar más en el supermercado. Ir a un restaurante no es barato, tomando el menú del día más refresco, son de 25 a 30 CHF, o sea, hay que sacar más de ¢10.000 por un al- muerzo”, detalla Priscilla.
Desde Pérez Zeledón. Ella es originaria de la localidad de Mollejones de Platanares de Pérez Zeledón, un pueblito cafetalero que se ubica a unos 23 kilómetros de San Isidro de El General.
Priscilla llegó a Liechtenstein el 18 de agosto del 2010. Su residencia se localiza en Schaan, la comunidad más poblada de ese hermoso principado, que está anclado en Los Alpes, por lo que las vistas son extraordinarias, como si se trata- ra de un sueño del que nadie querría despertar.
Schaan, donde viven casi 6.000 personas, está apenas a 3,7 kilómetros de la capital, Vaduz.
Esta compatriota se mudó allá motivada por el amor. En nuestro país conoció a quien hoy es su esposo, el liechtens teiniano Roman Dudler.
La primera vez que se vieron fue a finales del 2005, pues él estaba en suelo costarricense por razones de trabajo.
En aquel momento laboraba en la Oficina de Liechtenstein para el Desarrollo, que coopera con Costa Rica desde hace más de 40 años.
Trabajos. Primero, su esposo era parte de un proyecto llamado Maestro en Casa, con el Instituto Costarricense de Educación Radiofónica (ICER), dirigido a educación a distancia, y luego con un programa de enseñanza del inglés en escuelas públicas, en convenio con el Ministerio de Educación Pública (MEP).
Ella trabajaba en el Jazz Café, en San Pedro de Montes de Oca, mientras estudiaba en la universidad.
“Era la boletera en el espacio de Mundoloco y él llegaba todos los lunes. Un día, cuando me percaté de que no se quedaba hasta el concierto, dejé de cobrarle la entrada, mientras tanto un amigo de los dos, Luisito, que todavía es bartender ahí, atizó el fuego, así que llevaba y traía cuentos que yo ni por enterada me daba”, expresó Leiva.
“Un domingo salimos a tomar café y así empezó todo, a inicios del 2006. Nos casamos en julio del 2010”, manifestó.
La mejor evidencia del gran amor entre ambos la dan sus hijos: Luis, quien nació en el 2011, y Mina, que vino al mundo en el 2014. Ellos hablan español y el dialecto de la zona donde residen; además, aprenden “alemán oficial” en la escuela.