Limonenses vivieron 516 años ¡en un día!
Limón marca la historia de Costa Rica porque allí, en su cuarto y último viaje, arribó Cristóbal Colón en 1502. Sus naves bordearon la isla Quiribrí y sus tripulantes desembarcaron en el poblado indígena de Cariay.
El domingo pasado, 50 jóvenes limonenses redescubrieron esa historia de su ciudad en un concurso transformado en juego, que los llevó a encontrarse con los sitios más emblemáticos de este puerto caribeño.
En un solo día, desde plena mañana hasta el atardecer, vivieron 516 años en un día, como se tituló este juego en alusión a los años transcurridos desde la llegada del almirante.
Los 50 muchachos, todos mayores de 12 años, se apuntaron a conocer la historia del cacao en la empresa Chocolate Adventure Company; visitaron su Casa de la Cultura; el sitio donde se levantó el pilar de unión de los negros en Limón, el Black Star Line; el estadio de béisbol Big Boy, la catedral limonense, la Biblioteca Pública y el nuevo edificio de la Municipalidad.
El cierre fue un encuentro directo con los sitios donde Colón puso sus ojos y sus pies.
Desde barrio Los Cocos, cerca de lo que en 1502 era el poblado Cariay (hoy Cieneguita), tomaron una nave de Isla Uvita Ecotours que los llevó directo a Quiribrí, la hermosísima isla Uvita en la cual desembarcó el navegante genovés ese 25 de setiembre de 1502.
Formados en grupos, los muchachos recibieron charlas históricas en los ocho puntos visitados y luego se sometieron a responder preguntas sobre lo aprendido. Ganó el grupo llamado Caribeños al ataque reviviendo la Historia.
“Con esta actividad, pretendemos ayudar a que los jóvenes limonenses conozcan algo de la rica historia, cultura y presente de Limón. A la vez, los estimulamos a que permanezcan en el colegio, porque los elegidos son alumnos con muy buenas notas y quisimos darles un premio”, dijo Linda de Donder, de la Fundación Tejedores de Sueños, que apoya a alumnos en pobreza.
Esta fundación, junto con el Consejo de la Persona Joven de Limón, organizaron el juego con el respaldo del alcalde Néstor Mattis Williams. La Universidad Estatal a Distancia aportó voluntarios para que dieran el “alimento” con el que se nutrieron los jóvenes: la historia.