La Nacion (Costa Rica)

Municipio bota casas en riesgo de colapso

→ Unas 10 familias tuvieron que irse donde allegados o a un albergue

- Hugo Solano C. hsolano@nacion.com

Edwin Araya, su esposa María Gutiérrez y su hijo de cinco años, son parte de unas 10 familias que esta semana tuvieron que dejar sus casas en San Rafael Abajo de Desamparad­os debido a que están en riesgo de colapsar.

La vivienda que ocuparon por siete años fue demolida este jueves por la Municipali­dad de Desamparad­os debido a que el terreno, colindante con el río Tiribí, quedó falseado luego de las recientes lluvias.

El ayuntamien­to confirmó que otras tres viviendas fueron demolidas y lo mismo sucedería hoy viernes con otras tres. El martes, otro inmueble vecino se había desplomado por las mismas razones.

Unas 36 personas quedaron sin hogar, y se vieron obligadas a quedarse con familiares o bien, a instalarse en un albergue que se habilitó en la casa cural de la Iglesia católica de San Rafael Abajo.

La familia Araya Gutiérrez era propietari­a de una de las casas demolidas. Ahora esperan reunirse con funcionari­os del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para exponer sus casos.

Gutiérrez explicó que su hijo está en el Jardín de Niños de San Sebastián y ha tenido que faltar varios días por esta situación. Ella es ama de casa y su esposo labora para la Caja Costarrice­nse de Seguro Social, pero los ingresos no les permiten invertir en otra vivienda.

El alcalde de Desamparad­os, Gilbert Jiménez, dijo que tienen una lista de personas que requieren ayuda y esperan que el IMAS les dé un subsidio por tres meses para alquilar y luego, quizás, un bono de vivienda.

Jiménez explicó que el riesgo era inminente y por eso todos aprobaron que la maquinaria municipal botara las casas en coordinaci­ón con el Ministerio de Salud, la Comisión Nacional de Emergencia­s (CNE) y el Instituto de Acueductos y Alcantaril­lados (AyA).

El alcalde recordó que se deben respetar las zonas de retiro: tres metros de alcantaril­lados pluviales; seis de alcantaril­lados sanitarios y 10 metros de ríos. En este caso, la alcantaril­la pasa debajo de las casas, que además están al borde del río.

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JOHN DURÁN María Gutiérrez, una de las afectadas, observaba este jueves los trabajos para desmantela­r casas que, como la suya, están a orillas del río Tiribí incumplien­do las zonas de protección.
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