Mexicanos quieren votar por una gran transformación
→ Ventaja de Andrés Ml. López Obrador desata entusiasmo y temores por igual
MÉXICO. AP.- Hartos de la corrupción y la violencia, muchos mexicanos dicen que su país se prepara para una transformación histórica en la elección presidencial del domingo, pero otros temen que sea el inicio de una era de populismo con un régimen autocrático.
El pararrayos de estas opiniones tan divergentes es Andrés Manuel López Obrador, antes un fogoso izquierdista que ha moderado su tono y buscado alianzas en todo el espectro político luego de dos candidaturas presidenciales fallidas.
A pesar de su nueva imagen, el candidato, de 64 años y conocido como AMLO (siglas de sus nombres y apellidos), confía más en la misión que se ha impuesto que en las leyes de la economía contemporánea, y promete arrancar el control del país a la “mafia del poder” contra la cual ha despotricado.
Promesas. El nivel de disgusto de la población con el statu quo político, las tasas de homicidio elevadas y la corrupción rampante, es muy alto, y AMLO promete acabar con todo eso en seis años de mandato.
Sus rivales advierten de que un triunfo de López significaría el comienzo de una era de derrumbe económico y régimen autoritario como en Venezuela.
“Lo que el pueblo ha establecido en esta elección es no a la continuidad del modelo neoliberal”, dijo el economista Rogelio Salgado, de 30 años, quien piensa votar por AMLO. “El punto es sacarlos a todos”.
Salgado hace la lista de los males atribuidos al gobierno saliente de Enrique Peña Nieto: bajo crecimiento económico, pandillas asesinas y un sistema judicial que no funciona. “¿Quién quiere continuidad así? La gente está harta”. López Obrador comanda la mayoría de las encuestas con 20 puntos de ventaja o incluso más.
El segundo en las preferencias, Ricardo Anaya –un político conservador joven, que encabeza una coalición de centroderecha– espera que quienes temen al izquierdista voten por él.
Algunos lo harán, como Alfonso Ulloa, de 33 años, especialista en gas natural en un organismo de energía del Gobierno, quien teme que AMLO cancele proyectos energéticos importantes para la economía.
En tercer lugar está José Antonio Meade, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI, gobernante), quien promete mano firme y experiencia. Esto es importante en un país que afronta los ataques, constantes e imprevisibles, del presidente estadounidense, Donald Trump.
No obstante, lo que ha definido el debate hasta el momento es la corrupción.
Alianza perversa. López Obrador despotrica contra lo que llama la alianza non sancta de empresarios y políticos corruptos que desangra México y promete destruir esa relación en una transformación histórica, tal como el presidente Benito Juárez deshizo el control de la economía nacional por la Iglesia católica mediados del siglo XIX.
“Voy a terminar con la corrupción”, dijo AMLO a una multitud en las afueras de la capital. “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Ahora, en su tercer intento, parece que ha llegado la hora de AMLO. La política económica orientada hacia el mercado ha logrado un crecimiento económico de apenas 1,3% anual, y todo México reaccionó con indignación cuando la primera dama, Angélica Rivera, fue sorprendida comprando una mansión a un contratista favorecido por el Gobierno.
La ventaja de López Obrador en las encuestas es tan amplia que buena parte de la atención está enfocada en si su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), relativamente nuevo, puede ganar la mayoría en el Congreso.
Ha prometido una “transformación radical” , pero, de acuerdo con su principal asesor, el empresario Alfonso Romo, sus medidas económicas serían más bien moderadas.
“No queremos nueva deuda, no queremos déficit” , dijo Romo. “Creo que estamos en una posición correcta, de centro”.
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