Panamá falla ante Túnez y queda en el último puesto
SARANSK, RUSIA. El primer Mundial de Panamá llegó ayer a su fin con su tercer revés (en esta ocasión ante Túnez) y con esto el retiro de varios referentes de la selección, incluido Felipe Baloy, el autor del primer gol panameño en Rusia.
Panamá vivió su estreno absoluto en una Copa del Mundo cuatro décadas después de haber jugado su primera eliminatoria; se despidió con una derrota por 2-1 ante Túnez y de esa forma quedó en el sótano de la tabla general.
Sin embargo, después de esta larga excitación y de los festejos generados desde la clasificación y hasta la presencia en Rusia, ¿qué sigue ahora para el fútbol panameño y cuál será el destino de Hernán Darío Bolillo Gómez después de haber dirigido por tercera vez en un Mundial?
El zaguero central Baloy, el volante Gabriel Gómez y los delanteros Luis Tejada y Blas Pérez anticiparon que se retirarían después de Rusia. Los cuatro están sobre los 34 años y disputaron las tres últimas eliminatorias.
Renovación. Bolillo incluyó en la selección a varias caras que serán el futuro de las próximas eliminatorias para Panamá.
El entrenador colombiano consideró que precisamente eso es uno de los aspectos positivos del primer Mundial.
Entre esos jugadores figuran los posibles recambios en la delantera, incluidos Ismael Díaz (21 años) y Abdiel Arroyo (24); los volantes José Luis Rodríguez (20), Ricardo Ávila (21) y Édgar Bárcenas (24), así como el defensor Fidel Escobar (23).
Los jugadores alzaron su voz para que después del Mundial las autoridades del fútbol en Panamá se pongan las pilas en el desarrollo de instalaciones de alto rendimiento, con tecnología y medicina moderna para todas las selecciones.
“Creo que nos falta mucho”, dijo Baloy, en alusión al desarrollo del deporte, después de la goleada 6-1 ante Inglaterra.
“El proceso para la próxima eliminatoria debe empezar ya. Los directivos tienen que estar pensando qué van a hacer; nosotros clasificamos a un Mundial con una cancha (Rommel Fernández), no tenemos dónde entrenar”, aseguró.
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obrevalorar el 2-2 ante Suiza puede apartarnos del verdadero objetivo que debe ocuparnos en este momento: establecer las causas de un fracaso que podría repetirse si no actuamos. Suena a ironía, pero el empate sirve de escarnio al técnico pues le demuestra que, con menos miedos y mayor convicción, pudo enfilar al equipo a segunda ronda sin problemas.
El juego clave era Serbia y con un planteo como el del miércoles, sin tantas precauciones defensivas, mayor posesión de pelota y hombres en el estado ideal, se pudo dar. Pero don Óscar se entregó a su método de jugar a no perder, nos hicieron un gol a pelota parada y carecimos de la respuesta anímica y futbolística para torcer el destino. En Rusia pasó lo que se temía: con excepción de Keylor el resto llegó en un lamentable estado, ya fueran legionarios o figuras avaladas por el entrenador, como Venegas y Bolaños. Y fue tan patética la producción en los dos primeros partidos que al de despedida llegamos con dos remates a marco, sin goles y la interrogante de si podríamos inflar la red. Esto fue un fracaso, sin ambages, porque pasamos de hito del último Mundial a anécdota en este, al grado de que mal influenciados por Panamá, muchos se daban por satisfechos si anotábamos un gol.
¿Acaso olvidamos tan rápido que debutamos en Italia 90 con dos victorias de repercusión planetaria ante Escocia y Suecia, y que en Brasil 2014 llegamos a cuartos de final invictos?
El problema fue de elección y la culpa le cabe a la dirigencia: no escoger un técnico de cartel que se apoyara en la base, la apuntalara con futbolistas del medio local e intentara citarse con la historia sin miedos. Ramírez le apostó a futbolistas que no estaban para disputar un Mundial, por nivel, momento y condiciones, y deberá cargar con eso así como con la responsabilidad de no prever respuestas para corregirlo.
A la dirigencia también le corresponde su cuota. Ahora quizá no se preocupe porque, en teoría, tiene las arcas llenas, pero la gente no come vidrio y facturará este revés si no vienen respuestas a la altura del desafío. Y hablamos de aprender la lección estratégica de quién debe dirigir a la cuáles deben ser sus atestados, su método y cómo trazará el camino de aquí a Catar 2022.
También es un momento oportuno para que todos los futbolistas que no fueron tomados en cuenta demuestren que se merecen un lugar. Rusia demostró que viene una renovación.
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