Chinos a cargo de ampliar ruta 32 se adaptan al ‘ritmo tico’
105 asiáticos viven en campamento ubicado en Siquirres
Hace dos meses, Rafael Cham no era Rafael Cham; su nombre verdadero es Ji Jiang y vivía en Yunnan, una provincia al sur de China, muy cerca de la frontera con Birmania.
Ahora, Ji Jiang, de 27 años, vive en El Cairo de Siquirres, en Limón, y adoptó el nombre de Rafael porque es más fácil de pronunciar para los costarricenses.
Llegó a Costa Rica en abril para incorporarse al equipo de trabajo de la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC), encargada de ampliar los 107 kilómetros de la carretera entre el cruce hacia Río Frío y el centro de Limón. También busca perfeccionar su español.
¿Qué es lo que más le gusta de Costa Rica? “Cielo muy claro”, responde el joven en un español que aún no incorpora artículos a las oraciones y que sustituye las erres por eles.
Siente admiración por el verde que predomina en los paisajes del Caribe y desea conocer los volcanes del país. Les teme a los mosquitos porque ha leído sobre el dengue y la chikungunya.
Al preguntarle sobre lo que no le gusta de Costa Rica, Rafael se toma unos segundos, probablemente busca en su español básico las palabras correctas para no decir algo políticamente incorrecto u ofensivo. Contesta: “Costarricenses trabajar poco más lento”.
Adaptación. La respuesta de Rafael coincide con la de otros asiáticos entrevistados, el jueves pasado, en el campamento que construyó CHEC en Siquirres. Allí funciona la base de trabajo para la ampliación de la vía.
En ese lugar viven 105 asiáticos, entre ingenieros, administrativos, cocineros y traductores. En la construcción de la nueva carretera también laboran 210 ticos.
En los próximos meses vendrán entre 160 y 170 trabajadores chinos más, quienes se encargarán de labores de campo, como construcción de puentes e intersecciones.
Azucena, de 23 años, quien llegó al país en enero para asistir en traducción de documentos, cree lo mismo: “Los costarricenses y sus instituciones trabajan más lento”.
Afirma la mujer –quien en China se llama Guo Xingyu– que le ha costado adaptarse al “ritmo” al que laboran los costarricenses y sus instituciones porque “tardan mucho” en contestar una solicitud de documentos o realizar una gestión.
A pesar de que le molesta esa lentitud, intenta ser diplomática: “Hacer las cosas así (lento) es bueno porque así se aseguran que están bien hechas”.
Zhou Jingxiong, gerente de proyecto de CHEC, reconoció que han enfrentado problemas para armonizar la cultura de trabajo china con la tica. El contrato de crédito por $395 millones para ese proyecto fue negociado en 2013.
Desde entonces ha pasado por un lento proceso que incluye la aprobación de la Asamblea Legislativa, el refrendo de la Contraloría General de la República, obtención de permisos ambientales y decenas de revisiones en el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
En la actualidad, el Conavi aún no tiene certeza de cuántas expropiaciones necesita para hacer la carretera y cuánto costarán esas adquisiciones.
“En Costa Costa Rica, me gusta mucho la actitud de la gente, como cuando dicen ‘pura vida’. Por ejemplo, uno ve a un costarricense y dicen ‘pura vida’ y eso para mí es bueno, en especial para los chinos que tenemos más de 50 años, pero la actitud del chino es hacer todo más rápido”, dijo Jingxiong. chinos más se sumarán en los próximos meses al proyecto