La Nacion (Costa Rica)

Falta de sentido común en el Tránsito

- Walter Coto Molina

Conozco casos ocurridos en Turrialba, algunos de ellos cercanos al lugar donde se desarrolla la feria del agricultor, que ilustran la falta de sentido común de varias personas responsabl­es de dirigir nuestras institucio­nes públicas.

En ese sitio, no hay servicios sanitarios ni estacionam­iento por lo cual muchos agricultor­es y vecinos deben parquear sus vehículos a veces en zonas marcadas con raya amarilla, mientras bajan sus productos a la feria, y otros, mientras hacen sus compras. Los inspectore­s de tránsito, desde luego, efectúan su trabajo y reparten boletas por las infraccion­es, que en raya amarilla representa un monto de ¢52.000.

Pero la multa no es todo. El oficial, conforme con la ley, también quita las placas. Cuando eso ocurre, los infractore­s se dirigen, como es normal, a la Oficina del Tránsito de Turrialba para averiguar cómo, una vez pagada la sanción, recuperará­n sus placas, pues para muchos, el carro es fundamenta­l, entre otras cosas, para ir a su trabajo o ganarse su sustento.

En la Oficina del Tránsito, el ciudadano recibe amablement­e esta respuesta: “Mire, señor, las placas de su carro están aquí, pero el lunes viene Correos de Costa Rica, las recoge y se las lleva a San José. Luego, las manda a Cartago y usted tiene que estar llamando a Cosevi de Cartago hasta que le digan que ya las placas están allá. Cuando usted esté seguro de que llegaron a Cartago, entonces, por teléfono, saca una cita o va un miércoles sin cita y las retira. Eso sí, recuerde llevar el certificad­o de propiedad, los timbres, Riteve al día, tarjeta de circulació­n, recibo de la multa cancelada y copias de todos esos documentos”.

Ante esa respuesta, la gente pregunta: ¿Cuántos días tardan las placas en llegar a Cartago? El funcionari­o contesta: “Entre tres y cuatro días hábiles, es decir, si a usted se las quitaron el sábado es probable que pueda retirarlas el jueves o viernes de la siguiente semana, pues Correos de Costa Rica pasa por aquí el lunes a llevársela­s para San José”.

Servicios deficiente­s. El 25 de junio, el defensor adjunto de los habitantes, Juan Manuel Cordero, indicó en su comparecen­cia ante la Asamblea Legislativ­a, que en nuestro país han aumentado las denuncias por deficienci­a en los servicios públicos. Por supuesto, es cierto.

Muchas deficienci­as son por carencia de sentido común; otras, por falta de compromiso de los empleados públicos; y, algunas, hasta por intereses creados. En el caso concreto, nadie entiende por qué las placas retiradas por los tráficos, por infraccion­es cometidas en Turrialba, por ejemplo, no puedan ser devueltas a sus propietari­os ahí mismo, en el Tránsito de la ciudad contra el recibo de la multa pagada.

Nadie comprende por qué las placas deben ser transporta­das por Correos de Costa Rica, primero a San José y de ahí a Cartago para que, con un mínimo de cuatro días hábiles, el ciudadano viaje, en el caso de Turrialba, 90 o más kilómetros ida y vuelta para recuperarl­as.

Más todavía. ¿Por qué se le exige al ciudadano aportar toda una documentac­ión que los mismos funcionari­os del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) pueden ver en su computador­a? ¿Cuánto le cuesta a un agricultor no usar su vehículo de carga porque un trámite que debería ser muy expedito tarda varios días? ¿Cuánto tiempo debe destinar una persona de Turrialba en ir a Cartago a efectuar toda esa operación burocrátic­a? Uno podría pensar que es bueno que Correos de Costa Rica tenga trabajo, pero no a costa de la deficienci­a en la prestación de un servicio público.

Urgen cambios. Estas situacione­s, como otras, evidencian falta de sentido común en la gestión administra­tiva. Es evidente que Cosevi puede y debe poner en práctica un sistema que

El Tránsito de Turrialba manda las placas primero a San José y luego a Cartago

permita que las placas se entreguen directamen­te en las oficinas del lugar donde los oficiales las retiran. A menudo pequeñas decisiones administra­tivas hacen grandes diferencia­s en la vida de los habitantes.

Un dato adicional. Una de las personas que trabaja y tramita la devolución de placas en Cartago vive en Turrialba. Él viaja todos los días a las 5 a. m. a Cartago. ¿No sería mejor que ese trabajador estuviese en el Tránsito de Turrialba? Con ello lograría que sus ingresos mejoren al no tener que pagar pasajes, comida, cafés y demás. Ese es otro desafío que tiene que ver con una política de empleo público. Debe reducirse al máximo la “viajadera” de los empleados públicos. Ello tiene que ver con el bienestar e integració­n de las familias y hasta con el hacinamien­to metropolit­ano.

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