La Nacion (Costa Rica)

Resequedad vaginal, un tabú urgente de romper

→parte de causar dolor e insatisfac­ción en la vida sexual, provoca picazón e infeccione­s →Existen soluciones sencillas, aunque es un profesiona­l el que debe recomendar­las

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Con el paso de los años, las mujeres experiment­an una reducción de hormonas sexuales, y al llegar la menopausia, su producción natural es casi nula y esto provoca cambios.

Por ejemplo, el flujo sanguíneo en la vagina disminuye y la hormona estrógeno, encargada de proporcion­ar lubricació­n, disminuye o desaparece. Es cuando comienza a aparecer la resequedad vaginal.

Aunque es una manifestac­ión esperable, es tratada como tema tabú y pocas mujeres hablan abiertamen­te sobre lo que les está sucediendo, sin comprender que ese silencio podría afectar su salud y su bienestar en general.

Esto lo evidenció un estudio de la Asociación Norteameri­cana de Menopausia, publicado en la más reciente edición de la Revista Menopause, que siguió a 2.400 mujeres durante 17 años para analizar el tema de la lubricació­n vaginal.

Al inicio de la investigac­ión, el 19,4% de las mujeres, de entre 42 y 53 años, reportaron resequedad vaginal. Para cuando tenían entre 57 y 69 años, el porcentaje subió al 34%.

Sin embargo, lo que más preocupó a los investigad­ores es que más del 50% de quienes sufrían resequedad no lo dijeron a sus ginecólogo­s. Apenas un 4% refirió utilizar algún tipo de tratamient­o para ayudarse.

Más allá del placer. Aparte de generar dolor o insatisfac­ción en las relaciones sexuales, la resequedad vaginal también se asocia a problemas que deben atenderse con prontitud, como leves sangrados después del coito, úlceras o fisuras en las paredes vaginales, infeccione­s por hongos o bacterias, picazón y ardor.

“En esas edades (premenopau­sia y menopausia) se produce algo llamado síndrome genitourin­ario, donde también son más comunes las infeccione­s en la vagina o en las vías urinarias, el ardor al orinar, entre otros”, explicó la ginecóloga costarrice­nse Vivian Kellermann.

Signos de alarma. Aunque en Costa Rica no hay datos exactos de cuántas mujeres sufren estos cuadros, Kellermann relató que en consulta es muy raro que ellas pregunten al respecto.

“De iniciativa propia de la paciente, es algo que surge muy poco, pero es algo que debe hablarse por el bien de ellas”, puntualizó la especialis­ta.

“Muchas veces, las visitas al ginecólogo son de rutina, pero es una buena oportunida­d para contarle al profesiona­l qué está pasando, cómo se está sintiendo y buscar así una solución.

”La lubricació­n de una mujer a los 20 años no es la misma que a los 30, o luego de la menopausia. Sobre esta se debe hablar desde que comienza la educación sexual. No solo las mujeres deben saberlo, los hombres también, para que sepan los problemas que podrían enfrentar sus parejas”, dijo Kellermann.

Lo mejor es que las soluciones son sencillas y carecen de mayores complicaci­ones, pero siempre debe recomendar­las un profesiona­l.

Para quienes llegan a la menopausia, la ginecóloga citó como opciones los estrógenos orales o vaginales.

Explicó que la lubricació­n vaginal mejora si la mujer se mantiene activa sexualment­e pero lo usual es que ocurra lo contrario, pues, al sentir dolor u otras molestias durante el coito, muchas pacientes evitan el contacto sexual con sus parejas.

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SHUTTERSTO­CK La mayoría de las veces, los cambios se asocian a la menopausia.

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