El éxito de Donald Trump
Los detractores del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no se cansan de apostar por sus fracasos y, hasta el momento, han tenido que tragarse, y de forma gruesa, sus vaticinios y predicciones. Uno de ellos es el columnista de La Nación Jaime Daremblum.
Su obsesión no le permite aceptar su equivocación en lo pronosticado. La economía de Estados Unidos está llegando a cifras sin precedentes en las últimas décadas, el crecimiento que se registra es el más alto de los últimos 10 años; el desempleo de mujeres, afroamericanos y latinos es el más bajo en los últimos 60 años; confianza y optimismo del consumidor y de los pequeños y medianos empresarios es el mayor en los últimos 50 años.
Por otra parte, la eliminación de cientos de regulaciones que tenían ahorcada la producción ha generado su reactivación de forma expedita, hay dinamismo en la economía por recorte de impuestos, cifras récords en el mercado bursátil, la aniquilación virtual del Ejército Islámico, la reubicación de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén como reafirmación de la estrechez de lazos entre Estados Unidos e Israel, para tranquilidad de la toda la comunidad judía en el orbe (o casi toda), los diálogos hacia una desnuclearización de la península de Corea y la lista es larga.
Todo el grupo anti-Trump, como los think tanks, los fronteras abiertas, los globalistas, los never-Trumpers, los intereses particulares, las élites de Hollywood, la prensa izquierdista anti-Trump y, por supuesto, el partido de la obstrucción y resistencia, los demócratas, no hallan explicación a los logros de esta administración y cruzan los dedos por el fracaso de toda iniciativa para mejorar la calidad de vida del ciudadano estadounidense.
A falta de mensaje y propuestas, otras más que fronteras abiertas y eliminar la Policía de Migración y Aduanas, se limitan a criticar al presidente Trump. El tema de Jaime Daremblum, al igual que la prensa izquierdista gringa, es el virtual fracaso de las conversaciones con Kim Jung-un.
Ningún crédito. Nada que
esa administración haga merece crédito y, por el contrario, concluyen sin argumentos sólidos que la administración Trump ha sido tomada del pelo.
Durante 30 años, las administraciones pasadas no avanzaron en la desnuclearización de la península coreana y fueron timados por los Kim. Corea del Norte logró beneficios en el comercio mundial, ayuda económica y el descontrolado desarrollo nuclear que tiene al mundo entero en vela ante una inminente amenaza de destrucción.
Eso, obviamente, no es mencionado por los never-Trumpers; no mencionan ocho años de Barack Obama pidiendo perdón al mundo entero y no abordando esa brasa de forma responsable como líder del mundo libre; no mencionan el fracaso y fiasco del acuerdo con Irán que le dio a los ayatolas más recursos para doblegar a su pueblo, exportar terrorismo en Oriente Próximo, preparase para seguir desarrollando su programa nuclear y amenazar con desaparecer de la faz de la tierra al Estado de Israel.
Más bien se centran en posibles factores que lleven los actuales intentos de comprometer a Corea del Norte a una irreversible desnuclearización como se ha iniciado ante la postura de fuerza asumida por Trump.
Logros. La administración Trump ha sido clara en que no cederá en las sanciones a menos que se vea avance y voluntad de parte de Kim de ser objeto de credibilidad. No se ha cedido absolutamente nada y sí se ha logrado la detención de pruebas nucleares y lanzamientos de misiles sobre Corea del Sur y Japón por parte del régimen norcoreano.
Se logró la liberación de tres rehenes y en este momento se llevan a cabo reuniones encabezadas por el secretario de Estado, Mike Pompeo (no Max), en busca del avance del acuerdo a que se debe someter Kim si en sus planes está no arriesgar un conflicto armado de magnitudes inimaginables.
Lo triste y censurable es que quienes no simpatizan con Donald Trump publican y escriben lo que sea en su afán de desacreditarlo.
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Quienes no simpatizan con Trump escriben lo que sea en su afán de desacreditarlo