Nicaragüenses vencen el temor y desafían a Ortega en las calles
→ Monimbó se dice listo para impedir ingreso de marcha oficialista el viernes
MANAGUA. AFP.- Ondeando banderas de Nicaragua, miles de opositores marcharon ayer en Managua para exigir la salida del poder del presidente Daniel Ortega.
Lo hicieron desafiando temores después de un recrudecimiento de la violencia que ayer sumó cinco muertes más a las 265 acumuladas en tres meses de protestas.
“¡Ni un paso atrás!”, “¡Justicia!”, “¡Que se vaya!”, coreó la multitud azul y blanco, que caminó en calma siete kilómetros por estratégicas vías del sureste de la capital, sin que la lluvia los ahuyentara.
La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (opositora), que reúne a grupos de la sociedad civil, aumentó con esta marcha su presión, que incluye un paro hoy –el segundo durante la crisis– y una caravana de vehículos el sábado por los combativos barrios orientales de Managua.
Más decesos. Anoche trascendió que cuatro policías y un manifestante murieron durante un enfrentamiento en el municipio de Morrito, en el sureste de Nicaragua. Según informaciones preliminares, la gresca ocurrió cuando la marcha pasaba cerca del comando policial en esa alcaldía.
Para contrarrestar la estrategia opositora, el Gobierno hará el viernes, día del paro, el llamado “repliegue”, una caravana que anualmente encabeza Ortega por estas fechas hasta Masaya –30 km al sur de Managua– para recordar una gesta revolucionaria.
“Al repliegue con Daniel, caminantes de la paz, del futuro, del amor. La marcha hacia la victoria no se detiene”, manifestó la vicepresidenta Rosario Murillo, a medios oficialistas.
“Los propósitos terroristas de un pequeño grupo de nicaragüenses obstinados en el odio no prosperarían, no prosperaron y no prosperarán”, añadió.
Monimbó en alerta. Ante ello, está en alerta el aguerrido barrio indígena de Monimbó, en el sur de Masaya, donde sus pobladores se mantienen atrincherados tras barreras de adoquines.
“Nunca van a entrar, a menos que nos maten a todos”, dijo un hombre con el rostro cubierto, en una trinchera.
En esa ocasión se recuerda la retirada que miles de guerrilleros sandinistas realizaron a la combativa ciudad de Masaya (sur), cuna de la rebeldía nicaragüense, para reagrupar sus fuerzas antes de derrocar a la dictadura de la familia Somoza (1936-1979). Ortega, exguerrillero sandinista de 72 años, peleó en la insurrección popular para deponer al dictador Anastasio Somoza, y muchos opositores hacen ahora un paralelismo.
“Estamos demostrando al régimen que no tenemos miedo. Nos tocó botar a Somoza y vamos a botar a Ortega. Hay que Decididos
“ESTAMOS DEMOSTRANDO AL RÉGIMEN QUE NO TENEMOS MIEDO. NOS TOCÓ BOTAR A SOMOZA Y VAMOS A BOTAR A ORTEGA. HAY QUE SACARLO PORQUE HA DISPARADO
’ ’ CONTRA EL PUEBLO QUE LO ELIGIÓ.
Fernando Callejas
Médico
sacarlo porque ha disparado contra el pueblo que lo eligió”, expresó Fernando Callejas, médico de 67 años, vestido de blanco y azul en la marcha.
El miércoles, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão, había llamado al Gobierno, ante el Consejo Permanente de la OEA, a “garantizar las protestas pacíficas” y cesar “la represión”.
Insisten en diálogo. A fin de hallar una salida a la crisis, la Iglesia católica propuso adelantar los comicios del 2021 al 2019 en el diálogo que media entre el Gobierno y la Alianza. Pero el sábado, el mandatario lo descartó.
Tras la negativa de Ortega y una violenta incursión policial y paramilitar el domingo en Diriamba y Jinotepe (suroeste), que dejó una veintena de muertos, la Iglesia puso en duda la continuidad del diálogo.
Los obispos anunciaron que convocarán una plenaria de las pláticas, por creer que es la única vía para resolver la crisis.
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