Condenado por masacre pide otro juicio, ‘pero justo’
→Defensor de Ríos alega que prueba en su contra fue ‘contaminada’ →Fiscala responde que testimonio de sobreviviente que lo reconoció fue vital
La defensa del albañil Gerardo Ríos Mairena, condenado a 216 años por la masacre de cinco jóvenes estudiantes en Liberia, Guanacaste, pidió este viernes la realización de un nuevo juicio, “pero justo”.
La solicitud la planteó por medio de su defensor José Francisco Herrera Umaña en una audiencia que llevó a cabo el Tribunal de Apelación de Sentencia de Santa Cruz.
La diligencia tuvo la particularidad de que fue por videoconferencia, pues Ríos estuvo en la cárcel La Reforma, Alajuela; los jueces y la fiscal Aymee Caravaca en otra sala en Santa Cruz, Guanacaste.
Para fundamentar la gestión, Herrera acudió de nuevo a la contaminación de la escena del crimen.
Asimismo, cuestionó la forma en que se recabó una huella del imputado en el lugar del crimen y señaló que hubo vicios procesales cuando la única sobreviviente del ataque, una menor de 14 años, ayudó a confeccionar un retrato hablado y reconoció un tatuaje del responsable del crimen.
“Esta representación argumenta en la apelación que hay una serie de vicios que hacen insostenible esta sentencia, que por el contrario debió de haber absuelto a mi patrocinado porque había una serie de dudas que no eran concordantes (…) entre ellas el principal argumento es la contaminación de la escena”, dijo.
De inmediato, la fiscal Caravaca lo refutó. “Los argumentos deben ser rechazados porque ya fueron analizados en la sentencia recurrida”.
Desmintió que no es cierto que la única prueba proviene de una escena contaminada. Argumentó que la adolescente que sobrevivió al ataque reconoció al hombre, quien tiene un tatuaje en la espalda el cual ella vio y describió ante los jueces. Ese testimonio resultó fundamental. Además, un perro policía descubrió una huella del sujeto en una de las habitaciones.
Tras la conclusión de la audiencia, el Tribunal analizará los argumentos de la defensa para resolver. Los jueces no tienen plazo para pronunciarse.
Antecedentes. Ríos fue condenado por el Tribunal de Juicio de Liberia el 30 de enero. En aquel momento, los jueces Guillermo Arce Arias (quien presidió), Andrea Rodríguez Sandí y Kathy Abarca Serrano, determinaron que el quíntuple asesinato obedeció a un deseo sexual de parte del imputado con una de las víctimas, a quien abusó sexualmente antes de matarla.
El caso que se juzgó ocurrió la noche del miércoles 18 y el amanecer del jueves 19 de enero del 2017, cuando presuntamente Ríos entró al apartamento donde estaban las víctimas y las atacó
“ESTA REPRESENTACIÓN ARGUMENTA EN LA APELACIÓN QUE HAY UNA SERIE DE VICIOS QUE HACEN INSOSTENIBLE ESTA SENTENCIA, QUE POR EL CONTRARIO DEBIÓ DE HABER ABSUELTO A MI PATROCINADO PORQUE HABÍA UNA SERIE DE DUDAS QUE NO ERAN CONCORDANTES (…) ENTRE ELLAS EL PRINCIPAL ARGUMENTO ES LA CONTAMINACIÓN DE LA ESCENA José Francisco Herrera
Abogado defensor de Gerardo Ríos
con una arma blanca.
Las víctimas mortales eran Ingrid Massiel Méndez Serrano, de 24 años, una estudiante de Psicología de la Universidad de Costa Rica en Liberia; Dayana Martínez Romero, de 24, estudiante de Educación y Dirección de Empresas de la UCR; Ariel Antonio Vargas Condega, de 24, estudiante de Gestión Empresarial de la Universidad Técnica Nacional (UTN).
También los novios Stephanie Hernández García, de 23, estudiante de Educación y Dirección de Empresas de la UCR y Joseph Briones Solís, de 22, estudiante de Dirección de Empresas y Administración Aduanera de la UCR.
En el hecho sobrevivió una colegiala de 14 años, quien también sufrió múltiples heridas.
El sospechoso del crimen vivía en un apartamento a cuatro metros de distancia de donde sucedió la masacre. Fue detenido el 4 de febrero del 2017.
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