Didier Deschamps, el hombre ‘con suerte’
El entrenador francés puede ser el tercero en ganar la Copa como jugador y técnico
MOSCÚ. AFP- Didier Deschamps tiene fama en Francia de ser un hombre con suerte, pero el técnico Bleu no debe solo a la diosa fortuna el hecho de estar cerca de hacer historia, pudiendo convertirse en la tercera persona en ganar la Copa como jugador y seleccionador.
Tras levantarla como capitán de Francia en 1998, Deschamps podría ganar la segunda estrella para su país como seleccionador de un equipo que se enfrentará por el título a Croacia mañana a las 9 a. m. en el Estadio Luzhniki (Moscú).
“No me voy a quejar… aunque seguramente habrá otros mejor que yo”, declaró al ser preguntado por un periodista sobre su presunta buena fortuna, por lo que la prensa francesa ha representado al técnico a menudo como un gran gato.
En eso es indudable que el equipo, flamante finalista del Mundial 2018, lleva el sello de ‘DD’, como le conocen en su país. Un equipo que se asemeja al jugador que ganó la Copa del Mundo con Francia, la Copa de Europa con el Marsella y que defendió también los colores de Juventus, Chelsea y Valen- cia, entre otros: ordenado, aguerrido, infatigable, luchador y con mucha ambición.
Táctica. La actual Francia destaca sobre todo por su capacidad para defender, incluso los delanteros, que no tienen problemas en retrasar su posición para participar en la destrucción.
Más allá de su buena suerte y de sus conocimientos futbolísticos, los jugadores de Francia destacan también su manera de tratarles, al conocer perfectamente qué siente un futbolista. “Sabe cómo hablar a los jugadores (...) y llega a dar los mensajes que nos quiere transmitir”, dijo de él Paul Pogba el jueves.
“Tiene una estrella, algo de lo que pocos técnicos pueden presumir. La ganó con Francia siendo un gran jugador, un capitán, un líder”, añadió uno de los mejores jugadores de los Bleus.
Deschamps, que el 15 de octubre cumplirá 50 años, llegó al cargo tras la Eurocopa 2012 para sustituir a Laurent Blanc.
El técnico tiene el peor comienzo de cualquier seleccionador en los últimos 50 años (con cinco derrotas y cuatro empates en los primeros 13 partidos) y necesitó del repechaje contra Ucrania para clasificarse para el Brasil 2014, una eliminatoria en la que perdió 2-0 en la ida.
El partido de vuelta fue el punto de inflexión para no detenerse hasta el día de hoy.