Diputado defiende sus 500 mociones
Con respecto a la nota titulada “Diputado propone eximir del IVA a payasos, malabaristas callejeros y detectives privados”, publicada el 13 de junio en la portada y las páginas 4A y 5A, aclaro que presenté un número considerable de mociones que para algunos resultan innecesarias ridículas y hasta ofensivas. Propuse exonerar del impuesto al valor agregado (IVA) varias actividades, artes y oficios porque, según el nuevo modelo que nos quieren imponer, toda actividad económica o servicio deberá pagar IVA, salvo aquellos que expresamente queden fuera por decisión de la Asamblea. De ahí que me viera en la obligación de darles rostro y voz a aquellos quienes resultaron excluidos e invisibilizados por el proyecto.
Lo hice porque todo lo que no se exonera expresamente quedará sujeto al IVA: los limpiabotas y toda la gente humilde que se está ganando la vida honradamente haciendo jardines, limpiando y reparando techos y canoas; y sí, hasta el payaso que contratan los papás para la fiesta de sus hijos va a salir más caro porque tendrá que pagar IVA.
Ese payasito tendrá que facturar. Ante la ley, él y el limpiabotas que trabajan en el parque se verán obligados a dar factura, a cobrar el IVA, a retenerlo y a liquidarlo en favor del Ministerio de Hacienda. Al final, la fiesta les saldrá bastante más cara porque no solo tendrán que pagar impuestos por los servicios del payasito, sino por todo lo demás, hasta por la luz de más que se consumió para hacer el queque… y se me olvidaba, ¡el queque también costará más!, porque la mayoría de los ingredientes que lleva forman parte de la canasta básica y esta también va a pagar impuesto al valor agregado. Por difícil de creer que resulte, la solución a la crisis fiscal de Costa Rica para el Poder Ejecutivo nos convierte de la noche a la mañana en empleados al servicio del Ministerio de Hacienda.
Me preguntan, entonces, por qué presenté casi 500 mociones. Lo hice porque el proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas está mal construido; nos están forzando a recurrir a la única estrategia capaz de darle rostro y voz a los que, para el gobierno, parecieran no contar y parecieran prescindibles.
El proyecto para arreglar nuestra penosa situación no contempló ni una sola propuesta de reactivación económica, ni una sola medida para incentivar la creación de fuentes de trabajo. Las intenciones detrás no pretenden proponer soluciones de verdad.
Lo hice, también, porque me cansé de esta administración que ahora sí pone el grito en el cielo clamando por apoyo, a pesar de que, en el período anterior, el PAC tuvo no solamente la oportunidad, sino también la responsabilidad histórica de enfrentar el desastre que nos dejaron los gobiernos de Óscar Arias y Laura Chinchilla.