La Nacion (Costa Rica)

Salida de Ramírez daría chance a Julen Cordero

▶ Es delantero, lo sigue club francés y los morados quieren venderlo

- Daniel Jiménez daniel.jimenez@nacion.com

¿Quedó mermado el ataque de Saprissa con la salida de David Ramírez a Chipre? Sí, pero el joven Julen Cordero, hijo del asistente técnico morado Víctor Cordero, puede ser el más beneficiad­o.

Cordero realizó la pretempora­da con el primer equipo del Monstruo y, por ser centrodela­ntero nato, levanta la mano para ser tomado en cuenta por el cuerpo técnico en la campaña venidera.

El futbolista recién cumplió 17 años y, desde ya, el club Le Havre de Francia le sigue la pista. Por ese motivo, también se vuelve una potencial venta para la S.

El juvenil debe competir por el puesto de nueve con el brasileño Tássio Maia dos Santos y con Johan Venegas, quien puede desempeñar ese rol. También con Randy Chirino y el juvenil Carlos Villegas.

Evaristo Coronado, gerente deportivo, confirmó a La Nación que tienen en mente al futbolista para el Torneo de Apertura 2018.

Además, Marco Herrera, quien fue entrenador de Julen en el Alto Rendimient­o, comentó que Cordero está listo para ser jugador de Primera División.

“Yo siento que sí está listo, si bien es cierto es un muchacho muy joven, aún es Sub-17, es muy maduro futbolísti­camente. ¿Que aún le faltan cosas? Obviamente le faltan, pero ya puede sumar minutos. Todo se lo tiene que ganar”, comentó Herrera, quien forma parte del staff de entrenador­es del campeón nacional.

Dos perfiles. El estratega destacó cualidades futbolísti­cas como que patea con ambos perfiles y tiene buen juego aéreo.

“Es rápido, tiene un buen uno contra uno y posee gol. Además, como persona es un muchacho equilibrad­o, con muchos valores”, agregó el entrenador.

Herrera también señaló que no hay expectativ­a por lo que pueda mostrar en esta primera temporada, pues ya conocen de lo que puede ser capaz, aunque apenas registra pocos minutos en la máxima categoría.

“Cuando él tenga la posibilida­d de jugar y tener continuida­d, lo va a hacer bien. Sabemos el tipo de jugador y la formación que tiene.

”Nosotros tenemos la certeza y se está esperando un buen momento. Ya eso lo deberá ir determinan­do el cuerpo técnico porque va a depender de muchas cosas”, agregó.

El joven jugador forma parte de divisiones menores de la Selección Nacional y asistió al Mundial Sub-17 de India 2017.

Si bien también estuvo en la pretempora­da del primer equipo hace seis meses, en esta ocasión sí tiene verdadera oportunida­d, pues también jugó en los tres amistosos del Monstruo en Estados Unidos.

Ingresó de cambio en la derrota ante Columbus Crew (2-0), también entró de variante en la caída frente a River Plate (1-0) y fue titular en el triunfo contra Minnesota United (1-2).

Muchos futbolista­s creen que pueden jugar con él, hacerle lo que se les antoje, dejarlo en ridículo, reírse en su cara, maltratarl­o, rebajarlo, golpear su autoestima, ignorarlo, propinarle una abundante dosis de bullyng, demostrarl­e que ellos son superiores, pisotearlo, estrujarlo, patearlo, despreciar­lo, avergonzar­lo.

Viven engañados. Es él quien se divierte con ellos.

Abundan los jugadores que tienen la osadía de pasarle el balón entre las piernas, sacarlo de balance con una finta, bailarlo al grito de ole que se escucha desde las tribunas, marearlo con jugadas de pared, esconderle la bola, descontrol­arlo con pases de taquito, hacerle el sombrero, engañarlo con una vaselina, sorprender­lo con una bicicleta.

Nada más lejos de la realidad. Es él quien se luce con ellos. Tampoco faltan los enemigos del Fair Play que en cada partido lo empujan, codean, zancadille­an, muerden, pellizcan, sujetan de la camiseta, se le barren por detrás, lo marcan con arteras intencione­s, le hacen el banquillo, le estrellan la pelota en la cara cuando se encuentra en el suelo, se apoyan en sus hombros para saltar más alto.

¡Ilusos! Es él quien se sale con la suya a punta de maña.

Allí están también los que piensan que son capaces de manipularl­o, administra­rlo, controlarl­o, manejarlo, dominarlo, gobernarlo, explotarlo, mandarlo, mangonearl­o, utilizarlo, desvirtuar­lo, adulterarl­o, manosearlo, amañarlo, exprimirlo, apretarlo, estirarlo, ordeñarlo, confundirl­o, desdeñarlo, someterlo. Los ciega la vanidad. Es él quien lleva las riendas en todo momento.

Se cuentan por montones quienes asumen ante él poses de divos de Hollywood, estrellas del jet set, dioses del Olimpo, ídolos de las multitudes, caudillos del balompié, maestros de talento insuperabl­e, figurones públicos, titanes invencible­s, magos de la bola de cristal, famosos de la televisión, modelos de pasarela, Midas que transforma­n en oro cuanta redonda patean.

No saben nada de nada. Es él quien puede ostentar grandeza. Sí, muchos futbolista­s creen que pueden jugar, vacilar, bromear, payasear y pasarla bien con él; convertirl­o en víctima de sus risas, bufonadas, guaseadas, charangas, actuacione­s, simulacion­es, engaños.

Claro, cuando caen en la cuenta de que es él quien realmente manda en la cancha, suele ser muy tarde para rectificar porque este jugador –cansado de tanto histrionis­mo– se torna tajante, contundent­e e inflexible: el Tiempo.

 ?? DIANA MÉNDEZ ?? Julen Cordero es hijo del asistente técnico morado Víctor Cordero, quien también fue jugador del Deportivo Saprissa. El muchacho acumula procesos menores en la S, así como en seleccione­s nacionales.
DIANA MÉNDEZ Julen Cordero es hijo del asistente técnico morado Víctor Cordero, quien también fue jugador del Deportivo Saprissa. El muchacho acumula procesos menores en la S, así como en seleccione­s nacionales.

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