Mayoría de reos adolescentes tienen condena por homicidio
Crece participación de jóvenes en hechos cada vez más graves
Delitos graves como homicidios o tentativas, al igual que agresiones con algún tipo de arma, llevó a un total de 53 adolescentes a la prisión.
La cifra representa el 57% de los internos del Centro de Formación Juvenil Zurquí, en Heredia, en donde hay 93 muchachos, de entre los 12 y 24 años.
Todos cometieron los hechos siendo menores de edad.
Ahí está, por ejemplo, un detenido en noviembre pasado, cuando para entonces tenía 16. Lo apresaron en Sarapiquí; se le vincula con dos crímenes. También está el caso de dos muchachos de 16 y 17, capturados a inicios de este mes como posibles responsables del crimen de una mujer ocurrido en Coris de Cartago, en agosto del 2017.
Según estadísticas del Ministerio de Justicia, en el 2006 hubo ocho menores en prisión por cometer delitos contra la vida; en el 2010, la cifra se elevó a 23 casos y subió a 33 en el 2011.
La situación, evidentemente, preocupa a las autoridades, puesto que se observa cómo el crimen involucra a personas menores de edad.
“Esto es algo que tiene que ver más con pobreza, con necesidades
“ESTO ES ALGO QUE TIENE QUE VER MÁS CON POBREZA, CON NECESIDADES MATERIALES, CON LA DISOLUCIÓN DE LAS FAMILIAS, DE LAS CUALES SON VÍCTIMAS, DEL POCO ACCESO A LA EDUCACIÓN Y A LA PÉRDIDA DEL CONTROL. Wálter Espinoza
Director de la
Policía Judicial
materiales, con la disolución de las familias, de las cuales son víctimas, del poco acceso a la educación y a la pérdida del control”, lamentó Wálter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En segundo lugar están los internos con causas por delitos contra de la propiedad (robos, asaltos, hurtos, entre otros). Estos representan un 36% (33 reclusos) de la población de ese centro. Al resto (7%) se le vincula con delitos sexuales y desobediencia a la autoridad.
Excluidos. El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) coincide con el jefe policial, al señalar que los jóvenes son empujados a cometer delitos por la exclusión social y económica que experimentan.
Según Tatiana Mejía, coordinadora del Centro de Orientación e Información del PANI, hay factores que son recurrentes, relacionados, por ejemplo, con problemas en la familia.
La mayoría de estos adolescentes infractores, manifestó, han tenido vivencias de maltrato físico, sexual o psicológico o han sido testigos de la violencia familiar.
Para el Ministerio Público y el OIJ, el aumento de la participación de menores de edad en hechos delictivos tan gravosos enciende alarmas.
Espinoza asegura que ven un incremento de la delincuencia juvenil “en todos los estamentos” y es un mal síntoma que debe tomarse “muy en serio”.
Para el Ministerio Público, debería incluso llevarlos a repensar Ley de Justicia Penal Juvenil de 1996, cuyo espíritu era resocializar al menor en conflicto con la ley, donde el encarcelamiento fuera la última opción.
No obstante, debido al incremento y al tipo de violencia en la que se ven implicados, en la actualidad muchos de ellos se ven sometidos a una sanción de internamiento, que los priva de su libertad de tránsito.
Aquella normativa establece penas máximas de 15 años de internamiento para jóvenes que hayan cometido delitos graves cuando fueran mayores de 15 y menores a 18.
Entre tanto, la pena máxima es de 10 cuando sean mayores de 12 y hasta 15 años.
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