Saborío intentará su gol 100 ante Saprissa
▶ Tiene 97 tantos en la máxima categoría; un triplete le daría la centena de festejos ▶ Pese a que tiene hambre por marcar, es enfático en que no hay resentimiento
Álvaro Saborío habla con sus amigos, les confiesa con una sonrisa que se siente bien. Sí, ahora disfruta del fútbol como el juego que es, divirtiéndose y sin presiones, pero también lo hace con la ambición de un joven de 20 años por alcanzar el campeonato y lograr metas, en cuenta la de llegar a los 100 goles en Primera División.
En su juego 161 en el fútbol profesional tico, el domingo ante Limón, el atacante consiguió su gol número 97. Por esas cosas de la vida, ahora tendrá enfrente al único equipo con el que había jugado en la máxima categoría tica: Saprissa.
“Ayer hablaba con un amigo y siento la misma ilusión de cuando debutaba con Saprissa, siento nerviosismo, siento bonito. Además, tengo ansiedad por anotar goles. Es una sensación que, a mi edad, estoy contentísimo de seguirla teniendo”, afirmó el jugador que hoy cuenta los 36 años.
El artillero de San Carlos disfruta de cada oportunidad que le da la vida de volver a un terreno de juego domingo a domingo, después de que acepta que, a mediados del 2017, iniciara una aventura con dudas, sin tener claro si volvería a recuperar el gusto por correr detrás de una pelota.
Respeto. En los Toros del Norte, el romperredes encontró un camerino que lo respeta, que le da su lugar. También halló a jóvenes interesados en su experiencia como legionario y en imitar su calidad.
“La parte del camerino es el respeto que me tienen, es que se me acercan y me preguntan, además, me piden un consejo, me ven como ejemplo; entonces uno dice: ‘Hijuepucha, a uno lo admiran’ y uno cae en cuenta de que debe tener esa responsabilidad de la buena formación para los que vienen atrás”, declaró.
Vivir en su finca con su esposa e hijos, además de sus animales, hace feliz al exjugador del Real Salt Lake de la MLS. Aunque parezca contradictorio: alejarse del fútbol tras las horas que le dedica por trabajo, lo llena de paz.
Distracción. “Sí sirve como distracción, yo entro ahí (a la finca) y me desentiendo y eso me ha ayudado a estar más tranquilo, también a tomar mejores decisiones. La verdad, me siento muy contento”, añadió.
Así, el traslado del estadio a su casa le da tiempo para pensar en lo deportivo. Luego se centra en conseguir abono o aserrín, entre otras tareas que le sacan el fútbol de la mente.
Sabo empezó con el pie derecho su etapa de regreso a la máxima categoría, luego de que, en febrero del 2017, anunciara sorpresivamente su retiro lleno de desazón, no por las críticas de la gente, sino, como buen cacique familiar, para proteger a los suyos.
“Ellos pueden sufrir en algún momento y de ahí se toman decisiones. También pensando en el estado de ánimo mío. Y no voy a hacer que mi familia sufra por mí”, recalcó en ese momento.
Ahora, año y cinco meses después, el depredador del área encontró su zona segura, en la que puede volver a sentirse niño con una pelota y no preocuparse por cómo estarán sus familiares en la gradería, porque sabe que en su pueblo se encuentran bien. Nadie arremeterá con insultos contra él ni los suyos.
Sabo ve a Saprissa como cualquier rival y, como su trabajo es anotar goles, de una vez avisa que va con todo y que le encantaría sumar ese gol 100 ante ellos.
“Me gustaría celebrar el gol 100 ante Saprissa, es el rival que sigue. Claro que hay algo especial por enfrentar a Saprissa, porque ellos me dieron mucho a mí y yo mucho a ellos. Entonces, al final se acabó un ciclo y quedó agradecimiento de ambos lados”, detalló el delantero.
Pese a que tiene hambre por marcar, el goleador es enfático en que no hay resentimiento alguno con la afición tibaseña por su último capítulo vestido con la camisa de la S.
El delantero dejó un claro mensaje a los morados: “Apoyen a Saprissa, pero obviamente, si tengo la opción de marcar, sin duda, no la voy a dejar ir”, finalizó.
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