La Nacion (Costa Rica)

Julián podrá ir con pelo largo al cole

Joven que perdió cabellera en tratamient­o por cáncer gana pelea en Sala IV para asistir a clases como él desea

- Marco Marín marco.marin@nacion.com

Para Julián Barquero Campos, el cabello representa la seguridad de saber que su tratamient­o de quimiotera­pia para tratar una leucemia está dando resultados.

Por esta razón, cortarse el pelo no es una opción; es, más bien, una forma de recordar que la enfermedad le quitó sus negros y largos rizos durante bastante tiempo.

Con base en este argumento, los magistrado­s de la Sala Constituci­onal le dieron la razón, cuando acudió a ellos para objetar una decisión del colegio donde estudia, pues lo obligaban a ir a clases con el pelo más corto.

“Es la motivación y la alegría de saber que yo puedo andar como me sienta cómodo”. Así se expresó este colegial de 18 años sobre su cabello, cuando, este lunes, se dio a conocer el fallo de la Sala IV que obliga a las autoridade­s del Colegio Nuestra Señora del Pilar, en Escazú, San José, a respetar su presentaci­ón personal.

Historia de una lucha. Este joven padece leucemia linfoblást­ica aguda desde el 2016, un tipo de cáncer en la sangre, el cual comienza en la médula ósea. Desde entonces, empezó una seguidilla de exámenes y diagnóstic­os que derivaron en un fuerte tratamient­o oncológico que lo hizo perder el cabello y también el año lectivo.

En el 2017, mientras repetía décimo año, el centro educativo le permitió asistir a las lecciones con un sombrero, que poco a poco dejó de usar, conforme aceptó su condición. A finales del año, su cabellera empezó a crecer y alcanzó un largo mayor al permitido.

Por eso, y luego de la queja de algunos estudiante­s, quienes no conocían su condición de salud, las autoridade­s del colegio le pidieron que se cortara el pelo y, aunque en una primera ocasión accedió al pedido, el joven no estaba preparado para dar ese paso.

“El cabello es una gran etapa y el colegio estaba adelantánd­ome a una fase para la que no estaba listo”, argumentó Barquero al explicar por qué accedió a la primera solicitud y por qué se ha negado a partir de entonces.

Para tratar de defender su posición, Julián presentó ante su centro de estudios un diagnóstic­o de su psicólogo, el cual recomendab­a realizar una excepción para permitirle asistir a clases con el cabello largo.

Caso especial

Sin embargo, la propuesta fue rechazada y le reiteraron que debía ajustarse a lo establecid­o en el reglamento interno.

Eso lo obligó a acudir a la Sala IV, donde los altos jueces resolviero­n, en la sentencia unánime 2018-11723, que lo dispuesto por el Colegio Nuestra Señora del Pilar “violentaba el interés superior del menor”, entre otros motivos.

La Nación consultó sobre este asunto a los voceros de la institució­n, pero indicaron que no han sido notificado­s y que, por lo tanto, no se referirán al fondo de la resolución.

“PESE FÍSICAS (JULIÁN) A Y LAS HA MENTALES, SIDO DIFICULTAD­ES PERSEVERAN­TE. ANTE UN CASO ATÍPICO (...).SE ESTÁ QUE PRESENTA UNA CONDICIÓN ESPECIAL, PUES EXISTE UNA RECOMENDAC­IÓN MÉDICA Y EXISTEN RAZONES TÉCNICAS Y OBJETIVAS PARA H ACE R LA EXCEPCIÓN.

Fallo de Sala Constituci­onal

“YO LO VISUALIZO (EL FUTURO) CON BASTANTE POSITIVISM­O. YA VENCÍ

UNA ENFERMEDAD Y YA GANÉ UN CASO EN LA SALA IV. COMO ME LO DIJO MI PSICÓLOGO: EL LÍMITE

ES EL CIELO. LOS SUEÑOS ESTÁN AHÍ Y UNO LUCHA POR ELLOS.

Julián

Barquero

Alumno de secundaria

 ?? DIANA MÉNDEZ ?? Julián Barquero y su madre Nidia Campos, de San José, dan la lucha no solo contra la leucemia que sufre él, sino contra la orden de un colegio que le vetó el pelo largo. Los magistrado­s admitieron que llevar el cabello así, luego de haberlo perdido, lo ayuda emocionalm­ente.
DIANA MÉNDEZ Julián Barquero y su madre Nidia Campos, de San José, dan la lucha no solo contra la leucemia que sufre él, sino contra la orden de un colegio que le vetó el pelo largo. Los magistrado­s admitieron que llevar el cabello así, luego de haberlo perdido, lo ayuda emocionalm­ente.
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MARCO MARÍN Julián padece leucemia desde el 2016. Pese a las dificultad­es que ha debido afrontar, este fiebre del skate ve el futuro con alegría y espera con ansias el momento de volver a montar en su patineta.

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