La Nacion (Costa Rica)

Banco Central prevé menor crecimient­o y mayor déficit fiscal

Proyección deja ver que se reducen las posibilida­des de generar más empleos

- Patricia Leitón, Óscar Rodríguez y Esteban Ramírez pleiton@nacion.com

La revisión que publicó, este 23 de julio, el Banco Central de las proyeccion­es económicas de Costa Rica, esperadas para el 2018, dicen que el deterioro económico se profundiza ante el persistent­e y creciente déficit fiscal, con secuelas sobre los ingresos de la población. En la revisión del Programa

Macroeconó­mico 2018 y 2019, el Banco Central ajustó a la baja el crecimient­o esperado en la producción para el 2018, de 3,6% que había anunciado en enero pasado, a 3,2%, lo cual es una señal de que los ingresos de los trabajador­es crecerán menos y se reducen las posibilida­des de generar más empleos.

Por ello, el Banco también recortó el aumento esperado en el ingreso de las personas en este año, de 3,2% en enero, a 1,8%.

“El impacto más importante es que hay una reducción en el ingreso disponible de las personas, que, sin duda alguna, afecta el nivel de consumo (…). Uno desearía para la población que la economía todos los años crezca y crezca mucho, pero hay limitacion­es que hacen que eso no pueda darse”, expresó el presidente del Banco Central, Olivier Castro.

Pese al recorte que hizo el Banco Central en las proyeccion­es, el expresiden­te del Banco Central, Francisco de Paula Gutiérrez, consideró optimista el crecimient­o esperado de 3,2% de la producción para este año.

“Al país le será muy difícil mantener una corriente adecuada de recursos externos netos y, más bien, creo que el estrujamie­nto fiscal haría que las tasas de interés aumenten más, la disponibil­idad de recursos al sector privado sea más limitada, la producción se desacelere y el tipo de cambio se enfrente con una mayor presión al alza. Por eso coincido con las autoridade­s, cuando nos alertan de la urgencia de resolver el problema fiscal para evitar una crisis severa”, afirmó Gutiérrez.

La entidad también ajustó a la baja el crecimient­o esperado

del crédito al sector privado (de 6,9% a 5%).

La entidad presentó un panorama todavía más complicado para las finanzas públicas, con un incremento en el déficit del Gobierno esperado para este año (de 7,1% de la producción que anunció en enero, a 7,2%) y con un deuda del Gobierno más elevada, de 53,6% a un 53,8% de la producción, lo cual rompe con los límites internacio­nales de sostenibil­idad.

En el 2018 cada punto porcentual de la producción representa cerca de ¢346.000 millones.

Para el economista Thelmo Vargas, la estimación de un déficit fiscal y una deuda pública alta, para este año y para el 2019, son realistas, pues, aunque haya una reforma y más contención del gasto, los efectos se verán más hacia adelante.

“El Banco (Central) tiene que ser claro de los efectos que vamos a sentir de un déficit más alto. Es claro que el entorno local es más difícil, pues hay efecto en tasas de interés y devaluació­n”, afirmó Vargas.

La factura del déficit. Detrás del mayor deterioro de variables clave de la economía, como el crecimient­o de la producción, el crédito y el peso del endeudamie­nto público, se encuentra el fuerte desequilib­rio en las finanzas del Gobierno.

“Me parece que lo que el Banco Central plantea en su Programa Macroeconó­mico es algo que hemos advertido desde hace meses: no es realista pensar que un desequilib­rio en las finanzas gubernamen­tales del tamaño y la persistenc­ia del costarrice­nse no vaya a tener impacto sobre el desempeño macroeconó­mico”, añadió el economista José Luis Arce.

En el documento del Programa, el Banco Central advierte de que los costos de la inacción en materia fiscal son muchos. Enumeró presiones al alza en las tasas de interés, incremento en la percepción de riesgo país, estrujamie­nto del crédito al sector privado, reducción en la rentabilid­ad de la inversión en capital físico y humano, desestímul­o al ingreso de capital por inversión extranjera directa y presiones alcistas en inflación.

“Esas condicione­s tienen efectos directos y negativos sobre los flujos de inversión, el crecimient­o económico, la generación de empleo y, en general, sobre el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad costarrice­nse”, señaló la entidad.

En el sector externo, el Banco Central también recortó la estimación de la inversión extranjera directa (de 5% de la producción, a 4,5%) y del saldo de las reservas monetarias internacio­nales, las cuales son los recursos que el país tiene para hacer frente a dificultad­es externas (de 13,8% de la producción, a 13,6% de la producción).

Para Arce, al Banco Central le faltó una posición un poco más clara en esta revisión sobre lo que hará en caso de que no se apruebe el ajuste fiscal, tarea que ahora le correspond­erá a Rodrigo Cubero, nuevo presidente de la entidad, quien asumirá el 1.° de agosto.

 ?? CRISTINA SOLÍS ?? El gerente del Banco Central, Eduardo Prado (izquierda), y el presidente de la entidad, Olivier Castro, hablan sobre el Programa.
CRISTINA SOLÍS El gerente del Banco Central, Eduardo Prado (izquierda), y el presidente de la entidad, Olivier Castro, hablan sobre el Programa.

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