Avanza construcción de refugios en Volcán Poás
Obras son requisito de seguridad para recibir visitantes
Quince operarios de construcción entran a las 6 a. m. y salen a las 5 p. m del volcán Poás a fin de levantar los cinco refugios que constituyen el último requisito para reabrir ese parque nacional, que lleva 15 meses cerrado al público.
Carretillos, piedra, cemento, soldadura, perling, metabos y martillos van de un lado a otro en el mirador principal.
El coloso humeante, así como la laguna grisácea recién formada por los fuertes aguaceros, no dejan de maravillar a los obreros como Melvin Gómez y Everson Álvarez.
Las precipitaciones fuertes caídas a mediados de julio y que persistieron durante casi una semana, obligaron a que, por algunos días, los peones tuvieran que trabajar varias horas bajo la lluvia y que otros días no se pudieran completar las jornadas.
A veces, los obreros se exponen a ráfagas de viento. El frío los obliga a estar en acción constante para no entumirse.
Acciones en conjunto. De acuerdo con Mahyar Shirazinia Riggioni, administrador del Parque, desde que llegó al cargo, a inicios de julio, se ha mantenido en constantes reuniones con diferentes entidades que serán claves en la reapertura.
Como el tiempo es muy variable en la zona del mirador, no se atreve a poner una fecha, ya que los días lluviosos alteran las jornadas en la construcción que comenzó el 9 de julio .
Espera reabrir apenas estén las garantías de seguridad mínimas para los visitantes.
El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) consiguió unos ¢100 millones con organizaciones como Costa Rica por Siempre y la Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central (Fundecor) para apurar las obras.
Ya se compraron los sensores para gases y está en proceso la adquisición de 200 cascos que deberán portar los turistas, así como casi un centenar de mascarillas que estarán en los refugios por alguna eventualidad.
Con base en los criterios de los vulcanólogos, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) avaló, el 13 de febrero pasado, la reapertura al público, pero exigió la construcción de los búnkeres o refugios, así como tener rutas claras de evacuación y un mejor manejo de la cantidad de turistas.
Shirazinia explicó que se ocupan del programa de cómputo que permitirá ordenar las visitas con reservaciones.
Inicialmente solo van a entrar 20 grupos diarios de 50 turistas cada uno, los cuales estarán por 20 minutos en el cráter, de modo que se esperan 1.000 turistas diarios en un posible horario de 7 a. m. a 2 p. m.
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