De pantalón corto a largo
La oferta pública inicial de acciones que la empresa costarricense Establishment Labs logró colocar en el mercado Nasdaq, el 19 de julio, marcó hitos importantes, no solo por ser la primera empresa local en negociarse en esta plaza estadounidense, sino porque corona una historia de creación de valor, en un tiempo relativamente corto.
Un banquero de inversión, a quien conozco de hace años, solía decir que cuando una empresa se inscribe en bolsa, en ese mismo momento cambia de pantalones cortos a largos. En el caso de ESTA (símbolo que identifica a Establishment Labs en el mercado de Estados Unidos), el cambio implicó un salto desde la categoría júnior hacia las ligas mayores.
En solo 10 años, en palabras de su fundador, Juan José Chacón, Establishment Labs pasó de un garaje en Pavas, San José, a cotizarse en Wall Street. En este primer round, la demanda de sus acciones por parte de inversionistas sobrepasó la cantidad de títulos puestos a la venta, una señal del interés que despertó la compañía y el potencial de crecimiento que se le achaca.
Establishment Labs, reconocida por el desarrollo y fabricación de los implantes mamarios Motiva, alcanzó un valor de mercado cercano a los $460 millones, según el precio actual de sus acciones (entre $24,11 y $27,76, en cinco días de cotización), nada mal para una empresa que nació en una cochera.
Por su oferta pública inicial, captó $77 millones, capital que podrá utilizar en el financiamiento de los estudios clínicos necesarios para que sus productos puedan venderse en los Estados Unidos, fortalecer la investigación y desarrollo, y ampliar su presencia mundial.
Este hito no es menor. Establishment Labs creció sin el acompañamiento del crédito bancario: se nutrió de capital familiar, e inversionistas y fondos privados, cuyas primas de riesgo pueden llegar a ser más altas y encarecer el financiamiento. Ahora, esa limitación es superada con el acceso a bolsa, que además ofrece un mercado profundo donde transar sus títulos.
Por supuesto, lo que sigue no será fácil. Los requerimientos de información y cumplimiento de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) son cosa seria y las multas en caso de un traspié, altas. Además, las acciones llegan a un mercado que puede ser volátil. El escrutinio de los analistas será celoso y los resultados trimestrales de la empresa se revisarán con lupa.
El pantalón largo abriga, pero aprieta un poquillo más.