Sacerdote tico será nuncio apostólico en Liberia, África
→ Dagoberto Campos nació en Puntarenas y creció en Abangares y San Pedro de Poás
El sacerdote Dagoberto Campos Salas, de 52 años, se convirtió este sábado en el primer costarricense que representará diplomáticamente a la Santa Sede.
El papa Francisco lo nombró nuevo nuncio apostólico ante el Gobierno de Liberia, un país de 4,3 millones de habitantes y poco más de 111.000 kilómetros cuadrados, ubicado en la costa occidental de África y colindante con el océano Pacífico, Sierra Leona, Costa de Marfil y Guinea. A la vez, el Papa le dio el rango de arzobispo, según informó lastampa.it.
Monseñor Campos nació en 1966 en Puntarenas, donde pasó sus primeros dos años. Luego, sus padres, Dimas Campos y Benilda Salas, decidieron mudarse a Arizona de Abangares, Guanacaste, donde Dagoberto Campos vivió su niñez. “Siendo monaguillo, nos comenzó a decir que quería ser sacerdote, como a los 9 años”, recordó su madre ayer.
“Lo criamos en Arizona de Abangares. Después, nos vinimos para San Pedro de Poás. Y acá estudió en el colegio”, agregó Salas a La Nación. “Desde pequeño, lo notamos muy inteligente. Yo siempre le preguntaba sobre la Biblia y la vida de los santos”, recordó.
Así como las mudanzas de casa fueron constantes en su infancia y adolescencia, la vida le reservaba otros muchos recorridos de miles de kilómetros en su adultez.
Trayectoria. Dagoberto Campos inició su carrera sacerdotal como capellán en la Casa Presidencial, entre 1994 y 1995, durante el gobierno de José María Figueres Olsen. Recién se había ordenado sacerdote.
En 1994, conoció al papa Juan Pablo II, según relató en una entrevista concedida a La Nación en el 2005: “Los obispos me llevaron como diácono en la visita que, cada cinco años, le hacen al Papa. Me tocó participar en la eucaristía en esa capilla privada como diácono; le preparé el cáliz y lo ayudé en todo”, narró.
Después, entre 1995 y 1999, cursó estudios en la Pontificia Academia Eclesiástica del Vaticano, la escuela diplomática del Vaticano.
Allí, obtuvo un doctorado en Derecho Canónico con énfasis en Derecho Eclesiástico Público. Su tesis la hizo sobre las relaciones Estado-Iglesia en Costa Rica. Además, tuvo gran cercanía con Juan Pablo II.
Así lo recordó hace 13 años: “Durante ese periodo, los alumnos de la academia departíamos una o dos veces al año con el Papa, quien llegaría a ser nuestro jefe. Todos los años, la academia entera –35 sacerdotes de diferentes partes del mundo– lo visi- taba un par de veces y juntos celebramos, a las 7 a. m., una eucaristía en la capilla privada del Santo Padre; después, a eso de las 8:15 a. m., todos pasábamos a la biblioteca, donde él nos saludaba y conversábamos”.
“No eran grandes conversaciones, sino diálogos entre estudiantes y él... Juan Pablo II siempre fue una persona muy jovial; cada vez que le mencionaban Costa Rica hacía un gesto de admiración”, relató Campos.
Sudán, Chile, Suecia... En 1999, el sacerdote pasó a formar parte del cuerpo diplomático de la Santa Sede, al ser nombrado secretario de la Nunciatura en Sudán, donde más del 70% de sus 33 millones de habitantes profesan la religión de Mahoma. Y en el 2003, el hijo mayor de don Dimas y doña Benilda fue transferido a Santiago de Chile. Tres años más tarde, en el 2006, Dagoberto Campos pasó a formar parte de la delegación diplomática del Vaticano en Suecia. Desde hace seis años, está en México y, ahora, se mudará de nuevo a África para representar a la Iglesia católica.
Su madre lo describió como una persona “muy capaz, paciente y tranquila”. “Tiene mucha paz. Él sabe mucho, pero le transmite a uno mucha tranquilidad. Nos sentimos muy contentos cuando nos dieron la noticia. Nunca nos había comentado esta posibilidad, ni nunca le hablamos de eso”, añadió.
■