La Nacion (Costa Rica)

Loable iniciativa de Cinde

-

La institució­n mapeó 26 obras de infraestru­ctura considerad­as indispensa­bles para atraer inversione­s hacia el país.

La Coalición Costarrice­nse de Iniciativa­s de Desarrollo (Cinde), entidad privada sin fines de lucro cuyo propósito es coadyuvar a la atracción de inversión extranjera directa (IED), se propone dirigir una creciente cuota de recursos financiero­s a cantones fuera de la Gran Área Metropolit­ana para favorecer su desarrollo económico y social. Con ese fin, hizo un mapeo de 26 obras de infraestru­ctura —algunas en operación, pero necesitada­s de mejoras, otras en construcci­ón o bajo estudio— considerad­as indispensa­bles para el éxito de sus propósitos (“26 proyectos son vitales para llevar inversión a 20 cantones”, La Nación, 31/7/2018).

Las obras van desde el Aeropuerto Metropolit­ano, en Orotina, cuyo costo estimado asciende a $1.900 millones, hasta el proyecto Tablillas, en la frontera norte del país, donde la inversión prevista es de solo $15 millones. Mejoras en carreteras, como las rutas 32 y 27, aeropuerto­s, marinas, acueductos y terminal de cruceros, distribuid­as a lo largo y ancho del país conforman el mapa de acción prioritari­o producido por la Unidad de Planificac­ión y Estrategia de Cinde.

La ejecución de los proyectos no solo servirá para atraer IED (expresión que incluye recursos de costarrice­nses, no solo de extranjero­s), sino que se espera la generación de encadenami­entos productivo­s con empresas locales ubicadas en las zonas de atracción de las inversione­s, las cuales contribuir­án, también por esa vía, a generar puestos de trabajo y bienestar comunal. Obviamente, los encadenami­entos son voluntario­s y para asegurarlo­s nuestras empresas —grandes, pequeñas y medianas— deben operar con estándares de calidad mundial.

La meta de Cinde es “vender” a los inversioni­stas esos proyectos de modo que mediante alianzas público-privadas (especialme­nte concesione­s, pues se trata de obras que no pueden salir del dominio del Estado) sean eficazment­e diseñados, construido­s y administra­dos sin que se requieran fondos del Gobierno. Esto es importantí­simo ahora y en el futuro previsible, dado el alto déficit y el endeudamie­nto del Gobierno Central.

El éxito de las concesione­s depende, en mucho, de la calidad de la contrapart­ida estatal, constituid­a por la calidad de la normativa específica que da seguridad (o insegurida­d) jurídica, del recurso humano que la administre, de la imparciali­dad de los entes supervisor­es y de los tribunales de justicia, entre otros factores. En las alianzas público-privadas, el concesiona­rio se “casa” con el país por plazos que pueden superar los 20 años y el riesgo de que en esos períodos cambien radicalmen­te las reglas de juego, con perjuicio para el inversioni­sta, se traduce en penalizaci­ones financiera­s (tarifas) que podrían hacer inviable la ejecución de muchos proyectos.

Si bien Costa Rica sobresale en todos esos rubros si se le compara con otros países del istmo centroamer­icano y más allá, todavía hay mucho por avanzar para ubicarnos en el nivel de los países del continente que van a la vanguardia, como Chile, que compiten con nosotros por los recursos de los inversioni­stas internacio­nales.

La lista de obras, contrastad­a con los recursos disponible­s, señala claramente el camino para la ejecución. El Estado no puede financiarl­as, pero el progreso de muchas comunidade­s depende de su construcci­ón. Es hora de abandonar los prejuicios y hablar en serio sobre los requerimie­ntos del desarrollo.

Cinde merece reconocimi­ento por tan loable iniciativa y no dudamos que la conducirá a buen puerto para el bien del país. Confiamos en que las autoridade­s y voceros de las comunidade­s favorecida­s también la acogerán con entusiasmo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica