Caos en quirófanos del México castiga a 9.000 pacientes
→Daños eléctricos mantienen cerradas 7 salas; está frenada edificación de 5 más →CCSS sin sentar responsabilidades por fallas en mantenimiento
Quien necesite en estos momentos una operación en el Hospital México estará obligado a esperar hasta cuatro años, a no ser que el enfermo ingrese por el Servicio de Emergencias o sea un caso de riesgo oncológico o cardíaco.
La crisis desencadenada desde el 2014 por fallos eléctricos que sacaron de funcionamiento la mitad de los 14 quirófanos ubicados en el segundo piso de ese hospital, ha obligado a 8.777 enfermos a soportar angustiosas esperas de hasta cuatro años en el caso de cirugías ortopédicas, o de tres en el área de Maxilofacial.
De esa lista, 3.450 (casi un 40% del total) son pacientes de Cirugía General.
A esa cifra llega la lista de espera quirúrgica del hospital responsable de la mayor área de referencia entre los centros de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), confirmó el director del México, Douglas Montero Chacón. La población adscrita ahí es de más de dos millones de habitantes.
“Todos los casos de cáncer o cardíacos de riesgo se tratan de operar en menos de 45 días; la mayoría, en menos de 30. Todos los días se hacen cirugías de emergencias, que no se posponen”, aseguró el jerarca.
Cuatro años después de la paralización de los quirófanos, este centro médico solo tiene disponibles para operar dos salas provisionales en el sétimo piso, y cinco en el segundo.
Las dos que tenía en Emergencias fueron cerradas el 21 de junio pasado luego de que se filtrara una gotera mientras en uno de ellos se le realizaba una cirugía a un paciente con abdomen abierto.
Cuatro años atrás, el México disponía de 14 salas de cirugía en el segundo piso, tres más para Ginecología en el primero, y otras dos para Oftalmología en el área de consulta externa, informó Mario Andrés Quesada, presidente del Sindicato Nacional de Médicos Especialistas (Siname).
Los trabajadores han recurrido a paros de labores como medida de presión, para que se solucione el caos que se vive ahí desde el 2014.
Sin embargo, hasta ahora ninguna solución ha resultado efectiva. La lista de espera crece paulatinamente, mientras se calcula que se habría dejado de operar a unas 23.000 personas en los últimos cuatro años.
Esta cifra sale de un cálculo hecho por grupos sindicales tomando en cuenta el número de procedimientos programados por quirófano por día, semana, mes y año, informó Quesada.
“Este es un hospital de tercer nivel que está diezmado. Aquí nos mataron el 50% de las salas de operaciones y esto pone en entredicho la buena atención al asegurado”, agregó el médico.
¿Y los responsables? Ni una sola persona ha sido responsabilizada hasta ahora por la falta de previsión ante la inminente crisis por las fallas en el voltaje que, a la postre, mantiene sumido al hospital y a la Caja en una de sus mayores crisis de servicios, según se desprende de consultas a sindicatos y al mismo hospital.
La paralización de quirófanos ha implicado en todo este tiempo la obligación de pagar horas extra a personal de salud para desahogar listas de espera después de las 4 p. m.
También el pago del traslado de pacientes a quirófanos durante los primeros meses de la crisis y, más recientemente, millonarias inversiones para construir o remodelar salas de cirugía temporales.
“Se había advertido hacía tiempo. Advertimos sobre el deterioro la antigüedad de las salas. Se hizo un arreglo en la parte física, pero no se hizo nada en el sistema eléctrico y colapsó”, recordó Xiany Obando Obregón, quien ocupa la secretaría de Educación en el Sindicato Nacional de Enfermería.
No obstante, Montero rechaza esa posición: “No es cierto que fuimos avisados sobre el fallo eléctrico. Quince días previos al cierre se iniciaron las fallas, y de inmediato comenzó el estudio técnico para conocer integralmente el problema. Antes de tener alguna consecuencia para pacientes o funcionarios, se decide suspender el uso de las mismas para evitar consolidación de riesgos. El estudio fue externo realizado por la empresa Schneider”.
Montero informó de una investigación liderada en su momento por la Gerencia Médica de la CCSS. “Sin embargo, por haberse realizado fuera del hospital no conocemos los resultados”, aseguró.
La situación, de por sí complicada, se agravó más a mediados de julio tras el inicio del proceso de resolución del contrato con la compañía constructora Vidalco, responsable de la construcción de cinco quirófanos provisionales y un área de recuperación con 30 camas.
La Caja les atribuye atrasos en la entrega de las obras calculadas en $2,5 millones.
La empresa siempre ha rechazado los cargos que le han lanzado sindicatos y autoridades hospitalarias y de la CCSS.
Como resultado del proceso de resolución del contrato, la Junta Directiva acordó alquilar quirófanos privados mientras se resuelve ese proyecto y se desarrolla el proceso para la construcción de una torre quirúrgica para el hospital, que ya fue aprobada y adjudicada por la Junta Directiva.
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