Patrulleras ponen cerco al narco frente a punta Burica
Policía detuvo 20 hombres y decomisó 6,5 toneladas de coca en 15 días
La Policía de Fronteras, el Servicio Nacional de Guardacostas, la Sección de Vigilancia Aérea y demás cuerpos policiales se retan a sí mismos cada vez que entran a punta Burica, en Pavón de Golfito, frente a cuyas costas se libra en los últimos días una guerra abierta contra el paso de cocaína.
Solo en las últimas dos semanas, las autoridades han logrado incautar 6,5 toneladas (t) de cocaína en cinco lanchas que ingresaron al al mar patrimonial (370 kilómetros a partir del mar territorial), o al mar territorial (22,2 kilómetros desde la costa) costarricenses.
Esos golpes marcan una señal importante sobre la acción de vigilancia con la que el Ministerio de Seguridad busca retomar el control del territorio marítimo y terrestre de la zona, ahora con apoyo de nuevas embarcaciones de 110 pies, donadas por Estados Unidos.
“Es una de las zonas más complicadas para la vigilancia antidrogas”, admitió Michael Soto, ministro de Seguridad.
Según el jerarca, aunque actualmente solo se decomisa un 30% de la cocaína que pasa por ese corredor marítimo en su ruta hacia el norte del continente, la idea es multiplicar la vigilancia con operaciones por mar, aire y tierra.
Soto atribuyó los decomisos realizados, entre el 23 y el 31 de julio, a la ayuda de las embarcaciones Libertador Juan Rafael Mora y Libertador José María Cañas, que se alternan para atender con más agilidad las alertas sobre lanchas sospechosas en el Pacífico sur, brindadas por aeronaves del patrullaje conjunto entre Estados
Unidos y nuestro país.
Son naves modernas que se dirigen rápidamente a las coordenadas que se les indican.
En paralelo, la Policía busca realizar más incursiones por tierra, con el fin de que los escasos pobladores de la zona, en su mayoría indígenas panameños y costarricenses, colaboren con el Ministerio de Seguridad en la lucha antidrogas.
“Es una zona complicada porque casi no hay población; la costa y la montaña están pegados y hay muchos riscos. Son tierras solitarias usadas por narcos. La coordinación con las autoridades panameñas, colombianas y de Estados Unidos, nos han dado resultados muy positi-
vos en proteger la zona patrimonial y territorial”, dijo Soto.
Agregó que por estar en línea recta con la costa colombiana, el paso frente a punta Burica es habitual para hacer llegar la droga al norte.
Muchas veces dejan paquetes de droga en el mar con radioboyas (dispositivos electrónicas para localización) para que otro los recoja, ya sea para continuar luego el viaje o para “enfriarlo”, por lo que trasladan las cargas hacia la costa.
La Policía ha encontrado bodegas en isletas y hasta en parques nacionales.
Difícil acceso. Por aire a punta Burica solo entran helicópteros, siempre y cuando haya excelentes condiciones de tiempo, mientras que por mar, los oficiales pasan de la lancha a un bote y luego nadan hasta la playa.
El director de la Policía de Fronteras, Allan Obando, calificó a Burica como una zona agreste, donde los patrullajes deben realizarlos a pie.
“Algunos toman hasta 14 horas caminando para llegar de un punto a otro”, sostuvo.
Para ello, los oficiales destacados en el puesto más cercano tienen una buena preparación física, así como conocimientos de tecnología de posicionamiento satelital (GPS), que les permite desplazarse en esas montañas vírgenes y de bosque primario.
Se puede ir por la playa, pero cuando sube la marea tienen que pasarse a la montaña y bordearla para llegar a pueblos que están arriba como Alto Carona, Alto Conte, Banco y Guaymí, entre otros.
Todo el patrullaje es a pie, no entran vehículos debido a la marea. Para ingresar se hace por territorio panameño. Cada cambio de guardia policial los carros deben esperar a que la marea baje para llevar a los oficiales hasta cierto punto, desde donde estos deben seguir a pie y los carros devolverse rápidamente.
“Con guardacostas, no hay forma de arrimarse a la playa por el tipo de oleaje que hay en la zona. Para ellos es muy complicado”, dijo Obando.
La Policía de Fronteras colaboró con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en una de las recientes intervenciones en punta Burica. El personal caminó varias horas hasta llegar a la lancha, donde se detuvo a las personas, se aseguró la droga y se coordinó con la Sección de Vigilancia Aérea y Guardacostas para ampliar la zona de búsqueda y descartar que hubiese estupefacientes en las cercanías. En ese operativo, uno de los traficantes huyó hacia la montaña, se le dio persecución y se le detuvo al día siguiente. Los policías tuvieron que trabajar durante casi 72 horas.
Largas jornadas. En punta Burica, los relevos de los oficiales son cada 15 días, pero todos saben que a veces deben quedarse más tiempo, porque el acceso a veces es imposible.
Aparte de los casos de drogas, otros delitos son la posesión ilegal de armas de fuego, el paso de indocumentados y otros propios de las zonas fronterizas, dijo Obando.
El director interino de Guardacostas, Milton Alvarado, explicó que en Burica hay muy pocas condiciones incluso para que las embarcaciones pequeñas puedan atracar.
No existen puntos de desembarque y cuando se tienen que desarrollar operaciones los barcos tienen que llegar hasta cierta distancia.