Andrea Vargas le infló el pecho a todo Puriscal
▶ Tica regresó a casa luego de ganar la medalla de oro en los 100 metros vallas
Puriscal está de fiesta. En 150 años de historia no ha habido nadie como ella. En la actualidad, el cuarto cantón de San José tiene aproximadamente 35.000 habitantes; no obstante, nadie como ella.
“Todo el mundo quiere ir a abrazarla”, dice don Javier Solís, mientras estaba por partir la caravana que la llevaría del Centro de Atención lntegral para la Salud al centro de Puris. No es para menos: Andrea Vargas llegó a su casa luego de obtener la medalla de oro en los 100 metros vallas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
Andrea, quien es atleta, abogada y madre de una niña de tres años llamada Avril, llegó a Puriscal a las 12:13 p. m. Sacó su medalla por el ‘quemacocos’ de un vehículo blanco en el que venía del aeropuerto. La gente salió de sus casas y le aplaudió. Los carros le pitaron.
En brazos. Con su hija en brazos también mostró la medalla de oro. Al costado de la carretera había niños, niñas, mujeres y hombres. Muchas personas también sacaron la bandera de Costa Rica en señal de agradecimiento. La sonrisa en su rostro lo decía todo. “Gracias, gracias... de verdad muchas gracias”, fue su frase favorita en el recorrido.
Al llegar al parque El Agricultor, le esperaba un homenaje con su gente, con los suyos, con los de siempre. Con ‘Puris’.
“Me siento orgullosa de representar al país y a todo Puriscal. Vamos a entrenar por más, para dar más resultados. Esto es para todo el pueblo de Costa Rica y todo Puriscal”, comentó la atleta frente a los presentes.
La nacional relató su competencia de la siguiente manera: “Mucha concentración para poder acelerar, saltar lo más rápido, tengo mucha presión, pero es nada más de controlarla”.
Su mamá y entrenadora, Dixiana Mena, quien también sabe derribar mitos, afirma que mientras Andrea está en la pista es solamente quien la dirige. “Con los sentimientos no se puede correr”, dice.
Y ojo que se lo toman en serio, porque Andrea se refiere a ella como entrenadora al hablar de atletismo, no como mamá.
“Estoy feliz con mi entrenadora porque ella lo da todo. Siempre se levanta, me exige y me lleva al máximo. Estoy muy agradecida con los entes del gobierno y los que han hecho posible esto”, añadió.
Minutos después, Vargas agradeció por última vez a su pueblo: “Casi nadie sabe de las competencias internacionales de atletismo y veo que todos la siguieron por Internet, aquí todos la pudieron ver”.
Los mensajes de la campeona son claros: esfuerzo, dedicación y disciplina le permiten hacer una última promesa: “Voy a luchar por más sueños”.
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