Remontada en casa ajena
Alajuelense le arrebató la ilusión de la victoria a Cartaginés al imponerse 2 a 3
Alajuelense nunca renunció, por momentos se vio mal, falló, pero siempre creyó que podía ganar, mientras su rival pensó que ya había ganado. Esa fue la gran diferencia en el Fello Meza para que los visitantes ganaran 2-3.
El ambiente fue formidable, el público respondió a la convocatoria y los dos equipos se dedicaron a buscar el partido.
Desde el inicio hubo emociones en ambos marcos, pero los errores le terminaron saliendo más caro a los de casa, a quienes no les rindió el tanque de oxígeno.
La Liga, obligada a levantarse del marcador en contra, jugó hasta el límite, arrinconó a un rival que terminó sin respuestas y de paso también aprovechó errores individuales.
Si por espectáculo fuera, el empate iba a ser el marcador más justo, pero como en el fútbol la justicia no existe, la victoria es merecida para la Liga.
Aunque Paulo Wanchope dijo días atrás que esta no era la prueba de fuego, sí lo era, porque además de tres puntos, iba a ser un impulso de motivación.
Pero Cartaginés lo hizo otra vez, como en otros torneos: ilusionó a su afición y el triunfo se le fue como agua entre manos.
En la primera mitad las opciones fueron en ambos marcos, aunque la Liga asustó más con un palo de Jonathan Moya.
Poco a poco los brumosos se acercaron y Jossimar Pemberton se quitó la marca de Yurguin Román para el 1-0 (29’).
Diez minutos después Alajuelense calmó los ánimos con un disparo dentro del área de Abdiel Arroyo, quien aprovechó la pasividad de Luis Pérez para defender.
Para ese momento el técnico Luis Diego Arnáez ya había movido sus piezas, al sacar al contención Jake Beckford, pasar a esa posición a Kenner Gutiérrez y de central Allan Miranda.
El estratega sabía que ahí había un hueco, pues Cartaginés recuperaba balones (aunque también perdía otros tantos).
Los brumosos volvían al frente gracias a una buena propuesta, jugando sin tapujos y haciéndose sentir como local.
Los de la Vieja Metrópoli mantuvieron su personalidad e idea. No desmayaron y rápidamente Pemberton estaba celebrando su segundo tanto (57’).
En el 57’ Jossimar, el mejor jugador de Cartaginés, celebró con brazos abiertos el segundo gol de su equipo, como en señal de ofrenda a la afición.
Mención aparte para el pésimo rechazo de Patrick Pemberton que provocó ese tanto.
Era el 2-1, sin embargo faltaba mucho. Los cambios de Wanchope no aportaron y el equipo se vio cansado. Poco a poco la Liga metió al rival en su área.
Aún con ese factor, aguantaba bien, pero los avisos de yerros individuales llegaron en el 66’. Néstor Monge perdió un balón (otro más a su lista) y por poco Daniel Villegas anota.
Cuando Alajuelense mejor la pasó fue desde el 71’, con el ingreso de Barlon Sequiera. Su primer balón provocó una falta dentro del área de Monge, quien nunca fue al balón. Resultado: McDonald concretó desde el manchón blanco (73’).
Ahí eran más que evidente dos cosas: la motivación y el oxígeno estaban del lado manudo.
Cartaginés no logró mantener su ritmo, jugó su mejor partido en 65 minutos y después estuvo contra la pared, y aunque lo intentó, volvió a fallar.
En un deseo por ir al frente, Sequeira recuperó la pelota, montó un contragolpe y Alex López disparó desde lejos para el definitivo 3-2 (83’).
Un balde de agua fría para la alegría brumosa, que de consuelo se queda con su mejor versión de los últimos años. Con Wanchope este equipo se muestra mejor, pero para ganarle a los grandes le falta mucho.
La Liga pudo salir tranquila, por pundonor y entrega, pero ocupada en fortalecer la zona defensiva y la definición.
A Jossimar Pemberton le es imposible borrar la sonrisa de su rostro. Volver al fútbol le devolvió la felicidad y más aún en un momento como el que vive: con tres goles en tres partidos con Cartaginés y en la cima de la tabla de goleo.
Sin embargo, su alegre presente no le hace olvidar lo que vivió hace seis meses.
Pemberton dejó Liberia al inicio del Clausura 2018, en medio de la zozobra por la falta de pago y los problemas con la Justicia por no cancelar la pensión alimenticia. El atacante se retiró temporalmente y apenas halló una opción en la venta de repuestos de vehículos de su suegro en Limón. Ayuda. Jossimar nunca olvidará que Orlando Sandoval le abrió las puertas de su negocio para encontrar algo de estabilidad. La rutina y el estilo de vida le cambió por completo. No obstante, solamente un semestre después está de vuelta en el balompié costarricense. Y hoy es figura con los brumosos.
“Cuando vengo a entrenar en la semana lo hago muy contento. Los seis meses en los que no jugué tuve que trabajar en otras cosas. Mi suegro me dio la posibilidad y le agradezco mucho a él la oportunidad y todo el apoyo. Estos trabajos fuera del fútbol lo hacen valorar a uno cuando está acá”, recalcó.
Paulo César Wanchope y Luis Fernando Fallas creyeron en el veloz jugador y le abrieron las puertas en un momento en el que Alajuelense ya lo había descartado, los liberianos no le cumplieron y el capítulo de la Primera División parecía haberse cerrado. Luego del tanto ante la Tromba y el doblete contra la Liga, figura en la tabla de romperredes igualado con Álvaro Saborío, Jonathan McDonald y Johan Venegas.
La gran diferencia con lo que vive ahora, según cuenta, es que está totalmente enfocado en rendir y hacer lo que le piden de la mejor manera dentro del terreno de juego.
El atacante ahora reside en Cartago y manifiesta que está perfectamente acoplado. Sobre Wanchope, agradece la confianza que le brinda, el respaldo y los múltiples consejos.