La inocencia del pequeño Mateo consuela a Angulo
Las últimas horas no han sido fáciles para el volante Marvin Angulo, pues se confirmó que estará al menos seis semanas fuera por una lesión en el ligamento colateral medial de la rodilla izquierda.
Eso sí, más allá del dolor, el creativo morado tiene un apoyo muy particular.
Se trata de su hijo Mateo, de cinco años, quien es su inspiración, máxime ahora que no estará en el campo durante mes y medio.
Mateo conmueve a su papá cuando le pregunta si el domingo irán al estadio a verlo jugar, sobre todo si se trata de un partido contra el Herediano, a las 5 p. m., en la Cueva.
El hijo menor del volante es su mejor crítico, pues siempre está atento a lo que su padre hace bien o mal en la cancha.
Su hija mayor, Amanda, de 10 años, es más benévola con las críticas, y aunque también acostumbra ir al estadio, su pasión es el patinaje. Mateo, en cambio, no perdona.
“Cuando yo juego, se queda sentado y luego analiza los partidos. Me critica fuerte cuando me ve, más allá de si hago gol o no, me dice si jugué bien o en qué fallé. Está pequeño, pero ya entiende cómo es esto”, narró el futbolista.
Cuando el mediocampista falla alguna acción, es cuando más aparece el pequeño.
“Cuando fallo un gol, me dice: ‘¡qué chapa!’, que cómo fallé eso’. Es directo. “Es una situación que me sorprende porque es pequeño, pero aprende muy rápido”, admite el padre.
Angulo encuentra ese apoyo en una semana complicada, pues esta es la segunda lesión seria en menos de tres meses. En el torneo pasado sufrió una ruptura del tendón, recuperación que le llevó ocho semanas.
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