La Nacion (Costa Rica)

Otro enfoque de la crisis

- Juan José Echeverría Alfaro ABOGADO

Existe una variable de la crisis fiscal de la cual no se habla con tanta intensidad, y es la contracció­n (¿recesión?) económica que el país sufre últimament­e, y para resolver el problema, el Gobierno podría hacer mucho más.

Uno siente que se ha detenido el ritmo de crecimient­o de la economía, y en algunas áreas pareciera que estamos retrocedie­ndo. Cierre de negocios, incremento en la oferta de venta de empresas y propiedade­s, así como posposició­n de inversione­s de alto impacto, son algunas de las tantas muestras de cómo el país no está en una buena situación y, obviamente, ello tampoco ayuda a resolver el déficit fiscal. Si hay menos producción, habrá menos pago de impuestos.

El gobierno también debería tener como prioridad facilitar la atracción de inversione­s, nacionales y extranjera­s, y establecer que sus institucio­nes privilegie­n la aprobación de nuevos proyectos de inversión. Por razones profesiona­les, conozco proyectos inmobiliar­ios y turísticos que llevan mucho tiempo esperando la resolución de trámites ante institucio­nes como Setena, el INVU, el ICT, las municipali­dades, la Dirección de Aguas y un largo etcétera.

Nada camina, o lo hace a un ritmo muy lento, como si Costa Rica no necesitara que todos esos proyectos se concretara­n con la mayor brevedad.

En las municipali­dades, la situación es crítica. Cuando se llega con proyectos de inversión inmobiliar­ia o turísticos, lo ven a uno como si se tratara de un enemigo y, en no pocas ocasiones, los departamen­tos legales, de ingeniería, urbanismo, ambiente y hasta las alcaldías o concejos municipale­s, no solo no ayudan para que la inversión llegue a sus cantones, sino que hacen hasta lo imposible para que nada se apruebe o, al menos, que dure más tiempo del prudente para lograrlo.

Dinamismo. No entendemos que todas esas inversione­s generan trabajo, dinamizan la economía gracias a los encadenami­entos socioprodu­ctivos que promueven y, además, pagan impuestos. Los ministros y presidente­s ejecutivos de las institucio­nes encargadas de esos trámites deberían girar órdenes para que los proyectos se tramiten con agilidad y estar muy atentos a que sus funcionari­os cumplan sus obligacion­es.

El IFAM debería convocar, con urgencia, a los alcaldes para informarle­s claramente de la situación que, como país, estamos afrontando y hacerles ver su enorme responsabi­lidad, no solo con sus cantones, sino con toda Costa Rica, dado que alguno de esos proyectos beneficiar­ía a un territorio cantonal y, por tanto, se requiere que las municipali­dades estén a la altura de las circunstan­cias.

Hoy, más que nunca, precisamos de gobiernos locales involucrad­os con un proyecto nacional, generar trabajo, facilitar la inversión pública o privada, nacional o extranjera, siendo un verdadero factor de desarrollo y mejora en la calidad de vida de quienes habitamos este maravillos­o país.

Todos hemos sido parte del problema, hoy nos toca ser parte de la solución.

Cuando alguien va con proyectos de inversión a una institució­n, lo ven como enemigo

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