El fútbol y las películas seducen a las familias

En el proceso, el mercado de televisión pagada se dinamizó y alcanzó a más viviendas. Algunas, incluso, ya no conciben estar sin el servicio después de probar las “mieles” del video en alta definición.

Así lo consideran Juan José González y su familia.

González reside hace 36 años en la ciudadela Rossiter Carballo, en La Uruca. Pastor de la iglesia local, este asesor de ventas vive allí con su esposa, dos hijos (de 11 y 18 años), un sobrino también de 18 años y su suegro de 92 años. En conjunto y por separado, todos son televidentes infatigables adictos a las películas y el fútbol.

Frente al televisor, algunas veces se apiñan todos. En Semana Santa, por ejemplo, su tradición es ver las películas religiosas de esos días y, en otras ocasiones, “sufrir en familia” cuando juega la Selección Nacional. Sábados y domingos; él y su esposa suelen ver películas después de la cena “mientras mis muchachos van a ver a sus novias”.

En esa casa se pagan ¢29.500 por cuatro cajas receptoras de un servicio de televisión satelital contratado hace ya años y para sorpresa del padre.

“Queríamos contratarlo pero nadie ofrecía el servicio aquí. Hasta que un día llegó mi esposa y me anunció que ya había contratado el cable. Fue una promoción de una compañía que al final la convenció”, manifestó González quien respalda la decisión de su esposa.

Según el esposo, la familia es “adicta a ver películas” e incluso disponen de un mueble repleto de discos de largometrajes comprados en el tiempo cuando hacían ese gasto.

Ahora, solo esperan la eventual transmisión de los filmes cuando los canales los anuncian como estrenos. Incluso, dijo que su proveedor les brinda hace algún tiempo acceso a Internet, como un extra por la suscripción.

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