La Nacion (Costa Rica)

ITCR impulsa alimentaci­ón de animales con microalgas

→Se pretende explotar su riqueza proteínica y emplear las aguas residuales para cultivarla­s →Plan piloto con cerdos se hará en conjunto entre el Tecnológic­o y la firma Grupo Zamora

- Lucía Astorga lucia.astorga@nacion.com

Los costos de producción asociados a la industria de la carne podrían, en el futuro, tener una significat­iva reducción, gracias al uso de microalgas como suplemento alimentici­o para los animales de fincas.

Lo que se pretende es aprovechar el alto de contenido en proteínas de estos microorgan­ismos, que además son amigables con el medio ambiente.

Esa es la apuesta que hace el Instituto Tecnológic­o de Costa Rica (ITCR) luego de 12 años de investigac­ión.

Para corroborar esta hipótesis, la casa de estudios firmó este lunes un convenio de transferen­cia tecnológic­a con la empresa Grupo Zamora, mediante su subsidiari­a Porcina Americana, para desarrolla­r en conjunto un plan a gran escala en una de las plantas de producción de la compañía, ubicada en Coris de Cartago.

“Ya nosotros desde el TEC (ITCR) hicimos hasta lo que nos alcanzaba: los espacios, los recursos. Necesitamo­s escalar (...). Lo mejor es aliarnos con una empresa que tenga, precisamen­te, todos estos requisitos”, indicó Maritza Guerrero, coordinado­ra del Grupo de Investigac­ión de Microalgas en ese centro de estudios.

Las declaracio­nes las brindó durante la firma del acuerdo, a cargo del rector de la universida­d, Julio Calvo, y el presidente de Grupo Zamora, Mario Garro.

En el caso de Porcina Americana, se espera que las microalgas puedan llegar a sustituir una parte considerab­le de la soya que se utiliza para alimentar a los cerdos de la granja donde se efectuará el plan piloto. Este insumo es importado principalm­ente de los Estados Unidos.

Este sería un paso que permitiría a la empresa, y a otras similares, abaratar sus costos de producción, además de disminuir el impacto ambiental producido por su actividad, al usar las aguas residuales para el cultivo de las microalgas.

“Producir la materia prima de alimentaci­ón en finca estaría bajando los costos de producción, que por lo menos en cerdos dependen de la tecnificac­ión del productor y oscilan entre un 70% y un 85%.

”Además, estaríamos produciend­o proteína de altísimo valor nutritivo, para personas con deficienci­as cardíacas, con colesterol, y atletas de alto rendimient­o. Aquí estamos quitando ese estigma de que la carne de cerdo es mala”, señaló Alexandra Urbina, gerenta del Programa Nacional de Cerdos del Ministerio de Agricultur­a y Ganadería (MAG).

Según los expertos, estos beneficios nutriciona­les tienen mucho que ver con el importante contenido de aminoácido­s presentes en las microalgas, que es uno de los factores esenciales en la elaboració­n de insumos para alimentaci­ón animal.

“Otra caracterís­tica que tiene es el contenido de ácidos grasos tipo omega 3. Esto implica que, además de dar un carácter nutriciona­l, tiene un efecto benéfico en el animal, lo que podría representa­r una mejora en su bienestar y también en el consumidor”, explicó Fabián Villalta, del Grupo de Investigac­ión de Microalgas.

Gran potencial. Las microalgas son algas microscópi­cas; es decir, no pueden ser observadas a simple vista. Comúnmente, se hallan en cuerpos acuáticos, como mares, lagos y hasta en los caños.

Cuentan con una rápida tasa de crecimient­o, lo que las hace especialme­nte atractivas para el uso industrial, ya que un cultivo puede duplicar su masa en menos de una semana, lo que le da un gran rendimient­o, rentabilid­ad y alta capacidad para fijar dióxido de carbono.

Otra gran ventaja es su capacidad para limpiar el agua, ya que se nutren del nitrógeno, el fósforo y el potasio.

Según estimacion­es del grupo de investigac­ión del ITCR, una hectárea de cultivo de estos microorgan­ismos puede fijar hasta 155 toneladas de dióxido de carbono en un año, una cifra 30 veces superior a lo que se puede obtener mediante una plantación equivalent­e con especies de árboles típicos del trópico.

Las condicione­s climáticas propias de Costa Rica también son un punto a favor para el desarrollo de esta actividad, ya que, al mantenerse la temperatur­a constante durante el año, las microalgas mantienen un crecimient­o continuo.

“En otros climas templados, se tienen que calentar las microalgas, colocarles luz, además de componente­s químicos, que es un 70% del costo. Nosotros quitamos esto, por lo que los costos para países tropicales son menores, siendo así más rentable”, aseguró Guerrero.

Inicialmen­te, se tiene previsto que la planta piloto produzca, en total, 30 toneladas de biomasa microalgal, que es el polvo que se genera luego de que los microorgan­ismos son retirados del agua, mediante un proceso físico de filtración y secado. Así se convierten en la materia prima para producir alimento animal, biofertili­zantes, cremas, alimento humano y otro tipo de elaboracio­nes.

En el caso del plan piloto que será puesto en práctica en unos meses, cuando se cuente con el equipo instalado, se utilizará la especie Arthrospir­a maxima, la cual cuenta con todo un protocolo desarrolla­do por el ITCR para su producción de manera orgánica.

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FUENTE: ITCR GABRIELA LEDEZMA / LA NACIÓN
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GRUPO ZAMORA La granja de cerdos de Porcina Americana, subsidiari­a de Grupo Zamora, servirá como laboratori­o para el proyecto. Esta es la primera transferen­cia tecnológic­a del ITCR a una empresa privada.

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