China arrincona cada vez más a la pequeña Taiwán
→Once años atrás, toda América Central era fiel al régimen de Taipéi →Hoy, cuatro de los ocho países del SICA prefieren las relaciones con Pekín
Costa Rica abrió la brecha en junio del 2007, al reconocer la política de “una sola China” y romper los vínculos diplomáticos que, por décadas, mantuvo con Taiwán. El presidente Óscar Arias definió el paso como “un acto de realismo elemental” y “un despertar al contexto global en que nos toca desempeñarnos”.
El siguiente golpe al régimen nacionalista instalado en Taipéi desde 1949 lo propinó Panamá, 10 años después, con argumentos similares: el gobierno de Juan Carlos Varela veía un abanico de oportunidades comerciales.
El tercero en tomar igual decisión fue la República Dominicana, en abril de este año, y este lunes 20 de agosto, el Gobierno de El Salvador optó por la misma ruta.
Esos movimientos se enmarcan dentro de una estrategia del Gobierno de China por aislar a Taiwán, al que considera parte de su territorio y al cual ve como una provincia “rebelde”. La ofensiva no se limita a ninguna zona del planeta. La evidencia es clara: la ruptura decidida por la administración del presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, deja a la isla con solo 17 estados que la reconocen como país soberano.
“Es una decisión que, tarde o temprano, tomarán todos los países de América Central y del resto del mundo”, vaticina Constantino Urcuyo, especialista en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad de Costa Rica. “Taiwán es cada menos importante”, agrega.
El anuncio de Sánchez Cerén apunta a impulsar, por parte del régimen comunista chino, inversiones, oportunidades comerciales, créditos para infraestructura y el posible establecimiento de una económica especial (ZEE) que permitiría a la potencia oriental elaborar y colocar bienes manufacturados en Estados Unidos.
Y es que parte de la arremetida de Pekín para arrinconar a Taiwán pasa por dar ayuda para el desarrollo y acceso a empréstitos con condiciones ventajosas, destaca Urcuyo.
Por ejemplo, en su relación con Costa Rica, China ha suministrado apoyo económico millonario en seguridad pública, en equipo e infraestructura.
Asimismo, el Eximbank de China financia $395 millones de los $495 millones que cuesta la ampliación de la carretera 32, en el sector comprendido entre el cruce a Río Frío de Sarapiquí y la ciudad de Limón.
Mejores tratos. Similares intereses mueven a otros países. Conveniencia
Cuando siguió el ejemplo costarricense, el presidente de Panamá hizo énfasis en la búsqueda de acuerdos en materia turística, comercial, agrícola, migratoria, cultural y educativa, entre otras, sin dejar de lado la posibilidad de inversiones chinas en infraestructura.
El consultor jurídico de la Presidencia de República Dominicana, Flavio Darío Espinal, resaltó el pragmatismo al volverle la espalda a Taiwán: “La historia y la realidad socioeconómica nos obligan ahora a un cambio de rumbo” .
Inclusive, en países que aún siguen leales a Taiwán, como Honduras, China ha empezado a penetrar con empréstitos para infraestructura.
Otros tableros. La arremetida de Pekín también se manifiesta en el resto de América Latina, particularmente en América del Sur. El subcontinente es la segunda zona del mundo que recibe más inversión directa del gigante asiático, un 14% en total.
Otro campo de batalla contra Taiwán es África, donde ya solo el pequeño reino de Suazilandia reconoce la isla.
El guion es el mismo, aunque en ese continente sí hay una variante que está ausente en Latinoamérica: China tiene en Yibutí su única base militar fuera de su territorio, la cual le da acceso al estratégico mar Rojo.
Además, ha centrado su interés en el acceso a minerales vitales para su industria.
Toda esta estrategia, explica Urcuyo, tiene como objetivo estratégico “posicionarse como una potencia global”.
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“CHINA ES LA SEGUNDA ECONOMÍA DEL MUNDO, EN PERMANENTE CRECIMIENTO, Y LOS DESARROLLOS LOGRADOS EN DIVERSOS CAMPOS LE PERMITEN POSICIONARSE ENTRE
LOS PAÍSES MÁS
’’ DESARROLLADOS. Salvador Sánchez C.
Presidente de El Salvador