La Nacion (Costa Rica)

En deuda con los afrodescen­dientes

- Jorge Familiar VICEPDTE. DEL BANCO MUNDIAL El autor es vicepresid­ente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Son conocidos por distintos nombres: garífunas en Centroamér­ica, pardos en Brasil, morenos en Venezuela. También viven en condicione­s muy distintas debido a su heterogene­idad. Sin embargo, a todos los afrodescen­dientes de América Latina los unen aspectos comunes: mirando al pasado, un mismo origen; mirando al futuro, el papel innegable que desempeñar­án en el desarrollo de la región.

Su número supera los 133 millones, de los cuales la mayoría se encuentra en Brasil, donde viven 105 millones, seguido de Venezuela, Colombia, Cuba, Ecuador y México. Ellos constituye­n una parte desproporc­ionadament­e alta de los pobres, como lo muestra el reciente estudio del Banco Mundial Afrodescen­dientes en América Latina: Hacia un marco de inclusión.

Si bien los países latinoamer­icanos se beneficiar­on de la bonanza económica de la década pasada, que permitió que millones de personas salieran de la pobreza y accedieran a servicios básicos, los afrodescen­dientes lo hicieron en menor medida. La prueba es que hoy tienen 2,5 más posibilida­des de vivir en situación de pobreza crónica que los blancos o los mestizos. Además, alcanzan menos años de educación, registran tasas más altas de desempleo y suelen ser víctimas del crimen y la violencia más a menudo. Lograr el desarrollo de América Latina pasará entonces, indudablem­ente, por mejorar sus condicione­s de vida.

Para ello, un aspecto fundamenta­l será darles visibilida­d y reconocimi­ento, algo que no ha ocurrido en el pasado. En diversos países latinoamer­icanos como el mío, México, gran parte de la narrativa histórica se ha centrado en el pasado precolombi­no y las poblacione­s indígenas. Sin embargo, los afrodescen­dientes han sido y son parte integral de nuestras sociedades. No solo por su relevancia numérica, sino también por las importante­s contribuci­ones que han efectuado en diferentes campos, como la economía, las ciencias, la tecnología, la seguridad alimentari­a, las artes y el deporte.

Cambios. Las últimas dos décadas han significad­o un quiebre con el pasado al haber avanzado en este reconocimi­ento gracias a la determinac­ión de sus organizaci­ones, que han destacado por su capacidad de negociació­n y su involucram­iento político. Esto ha permitido, entre otras cosas, que varios países hayan incorporad­o cambios y aprobado instrument­os legales para salvaguard­ar sus derechos. Como consecuenc­ia, los afrodescen­dientes hoy tienen mayor visibilida­d y voz.

A esto se le suman los avances alcanzados en otras áreas, como el acceso a servicios básicos y educación. Ejemplo de ello es que el número de afrodescen­dientes sin educación primaria y secundaria completa disminuyó. Por otro lado, varios países introdujer­on variables étnico-raciales en sus censos, lo cual les permitirá conocer mejor sus necesidade­s.

Sin embargo, los afrodescen­dientes todavía enfrentan muchos retos. No solo en cuanto a las tasas de pobreza o a la baja representa­ción en cargos públicos y privados, sino también en otros aspectos menos visibles, como la persistenc­ia de barreras estructura­les que limitan su desarrollo pleno, sea acotando su inserción en el mercado laboral o estimuland­o mayores tasas de deserción escolar.

Lograr la inclusión de los afrodescen­dientes requerirá lidiar con estos aspectos desde diferentes ámbitos. Por ejemplo, será vital diseñar y poner en práctica políticas con objetivos claros y medibles en áreas claves como la educación, el acceso a empleo y la equidad salarial. Para esto, a su vez, se necesitará­n más y mejores diagnóstic­os y datos.

Tales políticas deberán tener en cuenta las condicione­s específica­s de cada país, pero también la visión y aspiracion­es que tienen los afrodescen­dientes

Igualdad. Somos consciente­s de que el reto es enorme, pero también de que no se puede perpetuar una injusticia que comenzó con uno de los capítulos más oscuros de la historia de América Latina: la esclavitud y su terrible legado de exclusión social.

El momento de romper definitiva­mente con el pasado y eliminar la discrimina­ción es ahora. Solo así, alcanzando un desarrollo económico inclusivo que no deje atrás a ningún grupo vulnerable, nuestra región logrará erradicar la pobreza y promover la prosperida­d compartida para todos sus habitantes. Sin importar raza, etnia o condición social. ■

Alcanzando un desarrollo económico inclusivo, la prosperida­d será para todos los habitantes

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