Mejenguero había sido atacado antes por su presunto homicida
→Homicidio ocurrió 11 de junio; antes la víctima sufrió golpes y herida en una ceja →Sospechoso, de 20 años, al parecer se molestó luego de perder un juego
Una semana antes de morir asesinado de una puñalada, Álex Jesús Retana Corrales llegó a su casa con un ojo morado y una ceja con sutura. Ese día le dijo a su abuela que se había caído, pero ella no le creyó.
Flor María Corrales Morales, la abuela de este joven mejenguero, de 21 años, sostiene que el muchacho fue agredido física y verbalmente por su presunto homicida desde varias semanas antes del ataque final, ocurrido el 11 de junio pasado en la urbanización La Planta, en Salitrillos de Aserrí.
El sospechoso es otro muchacho de 20 años, de apellidos Sequeira Wilson, quien dos meses antes del crimen, se había cruzado con Retana en una mejenga donde eran contrincantes y perdió el partido.
“Ese muchacho jugaba en el equipo contrario y perdieron, Álex le dijo que no se enojara, que se tranquilizara y por eso empezó a molestarlo.
”El día que le dieron la puñalada, antes de irse, me dio un beso, me dijo que ahorita venía porque iba a jugar y se fue. Al ratito vino una vecina a decirme que lo habían matado”, relató la abuela, desde su casa en el sur de la capital.
Rencilla inicial. Según la familia del fallecido, ese primer conflicto en el juego de fútbol dio pie a los ataques recurrentes y el posterior asesinato, pues alegan que Retana no tenía problemas con nadie.
El crimen se cometió a 300 metros de donde vivía Álex con su familia, en Salitrillos. Según le contaron algunos testigos a doña Flor, el agresor lo buscó, lo atacó con un cuchillo y después se escondió en una casa; empero, la Policía lo capturó al poco tiempo con manchas de sangre y el arma utilizada.
Corrales lamenta hoy que su nieto nunca le contara quién era la persona que lo agredía. Sabe que lo hizo para no preocuparla, mas cree que hubiese servido para conversar con el presunto agresor, o sus padres, y
evitar así el fatal desenlace.
“Ocho días antes de que lo apuñalaran, ese muchacho (el sospechoso) llegó con dos más y le pegaron. Álex vino con el ojo morado, tenía la ceja cosida y me dijo que se había caído.
”Yo le dije que eso no era de una caída, pero él no me quiso detallar nada”, contó Corrales.
Salonero y amante del fútbol. Coco, como llamaban de cariño a Álex, trabajaba desde hace cuatro años en un catering service (servicio de comidas para actividades) como salonero.
Además, narran sus parientes, él era un fiebre del fútbol, veía mucha televisión, ayudaba en las tareas de la casa, cocinaba con frecuencia y anhelaba comprarse una moto.
Su madre, Raquel María Corrales Corrales, lo recuerda como un muchacho amable, tranquilo y servicial que amaba los canelones que ella hacía.
Cuenta que casi a diario iba a jugar partidos con su hermano y algunos amigos y, ocasionalmente, probaba suerte en las máquinas tragamonedas.
“Álex jugaba con los chiquitos del barrio, se llevaba bien con todo el mundo, lo querían mucho por como era. Desde que nos pasamos acá, hace unos siete años, nunca tuvo ningún problema con nadie”, narró doña Raquel.
En la habitación de Álex, todavía están guardados dos pares de tacos que utilizaba para ir a quemar fiebre a una cancha de fútbol cinco en el centro de Salitrillos, así como la mayor parte de sus pertenencias, entre las que destaca una camisa de la Liga Deportiva Alajuelense, equipo del que era aficionado.
Sus hermanos menores, un muchacho de 18 años y una joven de 19, todavía lloran su pérdida y lo extrañan a diario.
“Para nosotros, ha sido muy duro. El Día de la Madre (15 de agosto) fue muy difícil para mí, pero intentamos salir adelante”, aseguró la madre.
Indignación. Esta mujer de 38 años reconoce que a ella y el resto de la familia les indigna que el presunto agresor tenga como medida cautelar el uso de una tobillera electrónica y que la investigación avance tan lento.
El único deseo de los parientes de Álex Retana Corrales es que se haga justicia y que el responsable pague por lo que hizo, aunque saben que eso no les devolverá al joven.
Ante consultas de La Nación, la Fiscalía de Desamparados confirmó que el caso se indaga bajo el expediente 18-0163580042-PE.
En este momento, está en la etapa de recolección y análisis de prueba, la cual es privada para personas ajenas al proceso penal.