‘Lo que hice fue pegar gritos, llorar y sacar a mi familia’
“Salí donde mi mamá, a los cinco minutos se cayeron unas láminas de plywood, detrás venía todo (...), lo que hice fue pegar gritos, llorar y sacar a mi familia, perdimos todo”.
Así narró Xiomara Marcela Contreras González, vecina del precario El Hueco, en Granadilla norte de Curridabat, San José, la situación que ella y sus tres hijos vivieron el lunes por la tarde, cuando un deslizamiento destruyó la casa en la que habitaban.
Ella es una de las 89 afectadas por el siniestro, el cual se registró luego de los fuertes aguaceros que se presentaron ese día y que provocaron que las viviendas se deslizaran a través de la pendiente en que estaban construidas.
Contreras, con 19 años de vivir en la zona, dijo que esta es la segunda vez en la que pierden sus pertenencias a causa de las lluvias, por lo que espera que las autoridades le ayuden con una solución de vivienda a ella y a sus padres, quienes habitan en el mismo sitio y también perdieron todo.
“No tenemos plata, por lo que no sabemos qué va a pasar cuando ya no podamos estar en el albergue. Yo tengo un bebé de un mes y otros dos hijos”, contó Contreras.
En total se contabilizaron tres estructuras destruidas por completo y hay varias en riesgo, según la evaluación hecha por el geólogo de la Comisión Nacional de Emergencias, Blas Sánchez, el martes.
“Se verifica el colapso de las estructuras, generado por malas técnicas constructivas, mal manejo de aguas y erosión, todos estos factores combinados generan el deslizamiento”, manifestó Sánchez.
María Fernanda Meneses, encargada del Comité Municipal de Emergencias y Gestora de Riesgo de la Municipalidad de Curridabat, comentó que lo ideal es que a los damnificados, quienes conforman 24 familias, se les dé una solución de vivienda cuanto antes, tomando en cuenta que no es recomendable pasar muchos días en el albergue.
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