Alcalde investigado por aceras y mercado
→Indagan sospechas por presunto peculado, enriquecimiento ilícito y malversación →Ministerio Público revisa costos de obras y pagos a contratistas para mejoras en Limón
LIMÓN - La Fiscalía Adjunta de Limón abrió una investigación contra el alcalde de Limón, Néstor Mattis Williams, por supuestas anomalías en los contratos para la construcción de las aceras y del mercado municipal de esa ciudad.
La pesquisa es por sospechas de que el funcionario pudo haber incurrido en los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, malversación, falsedad en la recepción de bienes y servicios contratados y pago irregular de contratos administrativos.
Como parte de las pesquisas, el martes, a tempranas horas de la mañana, fiscales, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y jueces allanaron la casa de Mattis, ubicada en barrio Bellavista, la de un ingeniero municipal de apellidos Badd Reid en barrio Roosevelt, y las nuevas instalaciones de la Municipalidad de Limón.
La oficina de prensa del Ministerio Público informó de que el objetivo de la acción judicial era decomisar prueba necesaria para incorporar en dos investigaciones que se realizan, relacionadas con obras contratadas por el gobierno local. Causas. Se trata de dos causas abiertas durante el 2018. La primera corresponde al expediente 18-001394-472-PE, en el cual se investiga una contratación administrativa directa de urgencia, por existir órdenes sanitarias de cierre, para reconstruir una parte y levantar una nueva sección del mercado de Limón.
En un examen preliminar se determinó que se hicieron las obras nuevas pero no hay divisiones, y no se efectuó la reconstrucción, a pesar de que se pagó la obra al contratista (unos ¢2.600 millones) y se canceló la garantía de la misma.
El otro asunto investigado, que se lleva en el legajo 18-000806-472-PE, tiene que ver con una licitación pública que adjudicó la municipalidad para construir las aceras del centro de Limón. La obra tiene un avance del 25%; sin embargo, el pago se giró a la empresa y se canceló la garantía, como si la construcción se hubiera recibido en su totalidad.
El monto adjudicado de esa obra fue de ¢410 millones, pero el mismo fue ampliado en ¢120 millones más, tras un addendum al contrato para que las aceras se hicieran con adoquines.
El Ministerio Público comunicó que, posteriormente, se determinó que el gobierno local aprobó el cobro de un impuesto a la población del cantón central, para el rubro de esas obras.
La Fiscalía comunicó que las pruebas de tipo informática que se encuentren este martes serán respaldadas en los sitios, por parte de peritos del Organismo de Investigación Judicial. Otro tipo de evidencia que se recabe, será decomisada.
Obras importantes. El remozamiento del mercado municipal de Limón estaba previsto para ser terminado en octubre del año anterior. La nueva etapa es un edificio de dos pisos, que en su primera planta alberga un área de comidas y, en la segunda, más locales comerciales.
La idea es descongestionar el hacinamiento que sufrían los 130 inquilinos del antiguo mercado –declarado patrimonio histórico y arquitectónico en 1998– y que se esperaba generará espacio a 100 comercios más.
La edificación está ubicada al norte de la cuadra que ocupa el actual inmueble, en un sector donde antes había unas piezas que se construyeron como “agregados” y que también hospedaban vendedores.
En cuanto a las aceras, en principio, el ayuntamiento tramitó, en diciembre de 2014, la licitación para la construcción de aceras de concreto por un monto máximo de ¢410 millones y la adjudicó en 2015 a la compañía Grupo Mercantil TVT-S.A..
No obstante, en marzo de 2016 decidió construir las aceras con adoquines y no en concreto, también destruyeron aceras de concreto en buen estado para sustituirlas por adoquines.
Estas variaciones hicieron que el costo del proyecto subiera. Para cubrir esos gastos la municipalidad local creó un impuesto anual por ¢46.041 que deben pagar los propietarios de bienes inmuebles de comunidades como Envaco, Atlántida, Los Cocos, Siglo XXI, que no se benefician de las aceras.
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