Tifón siembra el caos en Filipinas y China
→Tormenta arrasó con cultivos y generó daños en carreteras, edificios y viviendas →En Hong Kong hay cerca de 213 heridos y 20.000 hogares sin acceso a electricidad
HONG KONG. AFP. - El supertifón Mangkhut sembró el caos ayer domingo durante su paso por China donde hizo temblar literalmente los rascacielos luego de haber golpeado el norte de Filipinas causando al menos 59 muertos.
La tormenta tropical, considerada como la más violenta del mundo desde principios de año, arrasó zonas agrícolas en el norte de Luzón, el principal archipiélago filipino, provocando inundaciones y corrimientos de tierra.
La tormenta comenzó a azotar la ciudad de Jiangmen, en la provincia china de Guangdong. Las autoridades provinciales indicaron que procedieron a la evacuación de 2,37 millones de personas y ordenaron a miles de barcos de pesca regresar a puerto antes de la llegada de lo que la prensa califica como “el rey de las tormentas”.
A su vez, los vientos registrados por el observatorio meteorológico de Hong Kong alcanzaron hasta los 180 kilómetros por hora (km/h) en una isla situada cerca de su costa, así como ráfagas de 230 km/h en la ciudad.
Aunque pasó a unos cientos de kilómetros al sur de la excolonia británica, el tifón provocó terror en la ciudad, donde arrancó árboles, destrozó ventanas e hizo tambalear los rascacielos de viviendas.
Según las autoridades, 213 personas resultaron heridas y 20.000 hogares se quedaron sin electricidad.
Grandes daños. En el norte de Filipinas, el tifón cortó vías de comunicación y la electricidad en la mayor parte de la zona situada en su trayectoria, donde viven cerca de cinco millones de personas.
Los rescatistas tenían dificultades este domingo para evaluar los daños humanos y materiales provocados por el temporal. Mientras que la Policía elevó el balance de muertos a 59 el domingo por la tarde.
En la ciudad de Baggao, en el norte de Luzón, el tifón destrozó casas y arrancó tejados y líneas eléctricas. Algunas carreteras estaban totalmente inundadas, y en otras no se podía circular por los corrimientos de tierra.
Las granjas de la isla, que suministran una parte importante de la producción filipina de arroz y maíz, también estaban inundadas, y muchos cultivos quedaron arrasados a un mes de la cosecha.
“Ya somos pobres y ahora nos llega esa tempestad”, lamentó Mary Anne Baril, de 40 años, cuyos cultivos no sobrevivieron al paso de Mangkhut. “No tenemos otra forma de sobrevivir”, añadió.
Más de 105.000 personas huyeron de sus hogares.
Una veintena de tifones golpean cada año el archipiélago filipino, causando centenares de muertos y agravando la pobreza de millones de personas.
El tifón perdió intensidad al cruzar Filipinas y comenzó a azotar el sur de China, al oeste de las ciudades de Macao y Hong Kong.
En noviembre del 2013, el tifón Haiyan, uno de los más violentos, provocó olas similares a las de un sunami que arrasaron todo a su paso. La catástrofe causó 7.350 muertos o desaparecidos, y cuatro millones de personas se quedaron sin casa.
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